Capítulo 10 (2da parte)

A

 l día siguiente…

Grimbsy ya había dejado a Jane y a Ariel en la Academia Kuzco.

Era una mañana hermosa, digna de apreciar. El sol con sus primeros rayos de luz, hacía un bello debut a lo lejos, mientras que una ligera brisa se paseaba por los árboles, dando un toque de una mañana fresca y tranquila; sin embargo, Ariel no iba del todo bien… Todo lo que había experimentado el día anterior, no se olvidaría de un día para otro. Le llevaría su tiempo.

— ¿Hablaste con tu padre? —cuestionó Jane, mientras se adentraban en la institución.

—Noup. No lo vi en la mañana y aunque lo hubiera visto, creo que no le hubiera hablado.

—Ariel…

—Jane —se posó en frente de ella—, no quiero pensar hoy en eso.

Ella suspiró y asintió —Está bien, no mencionaré nada al respecto.

—Gracias —sonrió—. Bien, iré a mi casillero.

—Sí, anda. Yo debo ir a la dirección por unos documentos —le despeinó un poco el cabello, guiñándole un ojo y finalmente con una sonrisa, se fue.

La chica caminó unos metros más y llegó a su preciado casillero. Lo abrió y de inmediato inhaló el olor que desprendía él; un olor muy particular a una combinación de plástico nuevo, debido a los libros y un sutil aroma a mueble viejo. Sí bien es cierto, los casilleros no eran muy modernos que digamos. Tenían un tiempo considerable de hacer presencia en la Academia.

Ella ni siquiera había metido o sacado ningún útil escolar, meramente tenía la necesidad de poder sentir y percibir algo de tranquilidad y paz, ya que, su casa parecía más bien un depósito de tensión, insensibilidad, desolación y sufrimiento.

 “¡Ariel!” escuchó ella, a una distancia no tan lejana, por lo que, decidió voltearse para confirmar de dónde provenía esa voz. Al voltear a su izquierda y reconocer a la persona, pintó una encantadora sonrisa en su rostro, “Jim” pensó ella con cierto cosquilleo en su estómago, pero… Luego recordó todo lo del día anterior y su sonrisa se desvaneció —Jim… —pronunció afligida y avergonzada.

Él se acercó intrigado con ojos llenos de preocupación.

—Ariel…

— ¡Jim, lamento tanto todo lo que pasó! ¡Estoy tan avergonzada contigo! ¡Debes saber que…! 

Él sonrió, mirándola a los ojos —Hey, está bien. Tranquila, no te pongas así… Supongo que tu padre es un poco…

—Insensible, inmaduro, grosero, explosivo, desconsiderado… Sí, lo es… Eso y más.

—Ammmm… Yo iba a decir sobreprotector…

Ella rió, mientras se acomodaba parte de su cabello detrás de su oreja.

—Lo siento. Ayer discutí mucho con él.

—De hecho, eso te iba a preguntar, se le veía muy enojado… ¿Te regañó mucho?

—Pues…él… Me dijo cosas muy fuertes, cosas que no pensé que me diría que me lastimaron y enojaron mucho… Incluido el tema de mi madre.

— ¿El tema de tu madre? —frunció el ceño, metiéndose las manos en los bolsillos.

 —Mi madre —tragó fuerte—, está muerta hace muchos años atrás y a mi padre no le gusta hablar de ella. —bajó la cabeza.

Jim se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron de una forma sobrenatural, además de que sintió mucha pena por la pelirroja. Sintió un gran dolor en pecho, como si ella se lo hubiera transmitido. Sintió un gran nudo en la garganta que le prohibió decirle algo para hacerla sentir mejor. Sintió incluso ganas de llorar. ¿Quién diría qué una joven tan alegre y agraciada, tuviera un pasado lleno de dificultades y malos momentos? Sintió ganas de tenerla a su lado y nunca dejarla ir. Sintió deseos de reconfortarla de alguna forma, sólo él… Él y nada más él. Sintió incluso ganas de abrazarla.

Y eso fue justo lo que hizo.

Se dejo llevar por sus impulsos y la abrazó con fuerza, pero con delicadeza al mismo tiempo; lo que la tomó por sorpresa, de un momento a otro, ya estaba siendo rodeada por los brazos de ese chico de ojos esmeralda con destellos azules. Justo ahí experimentó tantas sensaciones y emociones; asombro por el repentino gesto, felicidad por el hecho de que él la estaba abrazando y nerviosismo por, Dios sabe por qué. Verdaderamente todo había sido en un abrir y cerrar de ojos. Ella no sabía qué hacer, no sabía cómo responderle.

Sé lo que todos están pensando…

Pues, que lo abrace también. Bueno, ya que soy buena…

Ella algo temblorosa, fue subiendo sus manos hasta tenerlas hasta la altura del pecho de él, para poder agarrar con fuerza su chaqueta, aferrándose. Su cabeza la había acomodado entre su cuello y así podía percibir el aroma que desprendía Jim… Bosque silvestre con cierto toque de menta, un aroma fresco era el que conseguía captar, un aroma que no quería olvidar. Pero también Jim notaba en ella, una innegable esencia; el olor a cerezas que desprendía.

Una escena… Conmovedora o…

¿Romántica?

Nah.

Sería una lástima que alguien...

De la nada se escuchó un pequeño carraspeo, pero fue lo suficientemente grande para que Ariel lo escuchara y lograra ver despistadamente quién era.

—Perdón que interrumpa, pero… ¿Se podrían mover? Están bloqueando mi casillero… —mencionó Mulán, quien llevaba un tiempo ahí.

Ariel abrió los ojos a más no poder y se apartó de Jim. Él no se había dado cuenta de la presencia de Mulán, por lo que se extrañó por la reacción de la pelirroja, pero le siguió la mirada y con ello, se volteó y ahora sí, notó que los observaban.

— ¿Te puedes correr un poco, por favor? —continuó la china.

— ¡Oh, sí! Lo siento, Mulán —. Se apartó rápidamente.

—No te preocupes. Y… ¿Cómo les fue ayer? —preguntó, mientras abría su casillero.

Ambos se miraron y antes de que pudieran hablar, dos personas se aparecieron, detrás de ellos.

— ¡Buenos días, linda! —exclamó Hércules, rodeándole el hombro con su brazo.

Ella se sacudió y lo miró algo desconcertada. —Oh, buenos días, Hércules.

—Buenos días, Jim —llegó Malina y le plantó en beso en la mejilla.

Ariel expandió sus ojos y bajó la cabeza, haciéndose la desentendida. Mulán entrecerró sus ojos.

—Hola, Malina. —respondió con una sonrisa, pero extrañado por el beso.

— ¿Qué hay, hermano? —dijo Hércules, extendiéndole la mano a su mejor amigo.

—Herc. No recuerdo un día en el que te vieras más feo —le dio la mano e hicieron su “saludo de amigos”.

—No recuerdo un día en el que te vieras más estúpido.

 —Me conmueves. —le guiñó un ojo.

 —Lo sé, soy un encanto.

Ambos rieron.

Siempre se hacían bromas de ese tipo por la mañana. Era costumbre.

— ¿Y Kuzco? ¿No vino a clases?

—No. Está enfermo, dudo que venga mañana también —le contestó Malina a la pelirroja.

—Awww envíale mis saludos y…

— ¿Y qué tal les fue ayer? —interrumpió la chica morena—, ¿Estudiaron? ¿No tendrán qué reunirse de nuevo, cierto? —curioseó. Incluso hizo las preguntas tan rápido que apenas se entendieron.

—Ammm… —inició Ariel—, supongo que no. Jim entendió bastante bien, ¿no es así? —se dirigió a él con una sonrisa.

—Así es. Gracias a Ariel, podré aprobar el examen. —le devolvió la sonrisa.

No despegaron miradas ni sonrisas, lo que atrajo la atención de los demás.

—Hey, ¿qué pasa con ustedes? —preguntó Hércules, seriamente.

Ariel volteó a verlo totalmente asombrada e incluso, algo roja; mientras que Jim frunció el ceño con una mirada frívola.

Sin embargo, el timbre los salvó, indicando la entrada a clases.

— ¡Clases! ¡Vamos, Mulán! —bramó Ariel, moviéndose ágilmente, tomando el brazo de Mulán y así, yéndose al salón.

El resto de estudiantes, intercambiaron miradas y sin decir nada, fueron a clases.

¿Alguien más notó que nadie saludó a Mulán?

Supongo que a eso se le llama… Crisis de adolescentes. Pero a decir verdad, no son los únicos que están pasando por una crisis. De hecho, alguien la está pasando peor.

En el BenBow Inn…

—Madre, saldré un rato.

— ¿Irás de nuevo al bosque, John Hawkins?

—No. Hoy es jueves.

— ¿Y qué tiene que sea jueves?

—Hoy hace una semana… Anya murió —apartó la mirada, tomando un ramo de margaritas que yacía sobre la mesa.

Sarah llevó su mano al pecho y suspiró — ¿Hace una semana? ¿Tan rápido?... Oh, John… ¿Quieres qué vaya contigo?

—Te lo agradezco, madre, pero quiero ir solo —. Se acercó y le dio un beso en la frente. La miró con ojos que mostraban tranquilidad, sin embargo, era en vano, porque aún se le notaba su tristeza.

—Está bien, John.

Él asintió con la cabeza y en silencio salió de la casa con el ramo en mano.

En el cementerio…

John al pie de la tumba, se agachó lentamente y colocó con delicadeza las flores.

—Hola, amor… —empezó con voz quebradiza—, Ya pasó una semana desde que te fuiste… Ha sido difícil, ¿sabes? Muy difícil, la verdad —bajó la mirada—, Nunca me vi en ésta situación. Siempre me decías que las cosas pasaban por una razón…Siempre… Pero, si te soy sincero… No le encuentro sentido alguno. ¿Por qué debería haber una razón por la que tú hayas muerto? —lágrimas comenzaban a dominar sus fatigados ojos—, ¿Por qué, Anya?... ¿¡POR QUÉ!? ¿¡POR QUÉ TE TUVISTE QUE IR!? ¿¡POR QUÉ TÚ Y NO YO!? ¿¡POR QUÉ!? —golpeó con fuerza el frío piso de la tumba— ¡NO ES JUSTO, ANYA! ¡NO LO ES!… No lo es… Anya, dame una razón para vivir, por favor… Porque no la encuentro sin ti a mi lado. Por favor, ayúdame, que no sé qué hacer —. Con una mano, se apoyó sobre la tumba, tratando de no caerse, mientras que con la otra, se tapaba la cara. Las lágrimas le corrían por la mano, cayendo una por una al suelo.

¿Recuerdan la primera caída de bicicleta de niños? ¿Esa caída en la que todo te dolía y salías llorando, gritando y en algunos casos, sangrando? ¿La recuerdan? ¿Recuerdan lo horrible que se sintió? Pero, más allá del dolor, algo te hacía levantarte. Las ganas de intentarlo una vez más, ¿no?

Pues, John debe encontrar las ganas de levantarse una vez más. Debe encontrar ese algo que lo impulse a seguir adelante. Ese algo que le dé ganas de vivir.

En ese instante, Hawkins se limpió las lágrimas y giró levemente su rostro para no ver la tumba enfrente suyo; y al hacerlo, contempló a los metros una silueta de una joven que también lloraba, de pie, al frente de una tumba. Pese a ello, esa silueta se le hacía algo familiar… Tal vez era el cabello que se agitaba con fuerza por el viento de la mañana… Tal vez era la alta estatura que se traía… Tal vez era el color intenso de su piel…

Tal vez…

— ¿Pocahontas? —susurró, entrecerrando los ojos. 

¿Ese algo? O… 

¿Ese alguien?

PD: ¡Listo! Ahora sí, el capítulo 10 terminó jojo xD Esta parte sé que está muy corta, pero como dije ayer, lo tuve que cortar en dos >.<

Si no has leído la parte 1, ve a la sección de "Capítulos" y ahí lo encontrarás x3 

¡Espero que les halla gustado! ¡Comenten x3! 

¡Los amo como a una canción de amor xD!