A
hí estaba Ariel,
pensando en su respuesta. Creo que no es tan difícil contestar, simplemente es
decir "sí, sí me gusta Jim" o "no, no me gusta Jim"... No
le veo tanto complejo a ello; pero por alguna razón, ella sí. Nunca antes le
había "gustado" alguien, no sabía cómo se sentía, no sabía cómo
diferenciar cuando te gusta alguien o es sólo cariño de amistad.
Tal vez sólo era aprecio de amigos y ya. Porque... ¿Qué podría hacer ella para
saber si de verdad le gusta? ¿Qué le aclararía la mente?
—¿Y bien? Espero una respuesta... —dijo Mulán.
—Ehhh, pues...
—¡Miren quién está
aquí! ¡Justo la chica que quería ver! —apareció Megara con su séquito de
cabezas huecas, detrás suyo.
Ariel volteó y no pudo
evitar hacer una mueca extrañada.
—¿Megara?
—No, Celine Dion... ¡Claro que soy yo, cabeza de tomate!
—Mmmm... Y... ¿Qué quieres...? —su mirada se tornó aún más confusa de lo que ya estaba.
—Bueno, iré directo al
grano. Quiero invitarte a mi fiesta de cumpleaños de mañana. —le extendió su
mano, con un sobre púrpura, llena de purpurina, que claramente era la
invitación.
—¿E-Es en serio...?
—abrió sus ojos a más no poder, boquiabierta.
—¡Claro que sí! Ya que eres nueva, pues... Creo que es una buena idea para que socialices con más personas. Además, debes de estar agradecida, no cualquiera puede venir a mi fiesta, cariño. Tómala... —le extendió aún más su mano con uñas que a la vista se notaba que eran postizas.
Ariel no hallaba qué
decir, estaba ahí observando la mano manicurada de Megara como si fuese algo
inapropiado o indebido. Más sorprendida no podía estar, ya que su relación no
era la mejor del mundo, ella lo sabía, pero ahora con ese gesto, le demostraba
que Meg era una buena persona, amigable, simpática y dulce.
...
Sí, claro.
...
Sí, claro.
—¿¡La vas a agarrar o
no!? —chilló impaciente, estremeciendo a Ariel y a todos los ahí presentes. Sí,
incluso a su "grupillo".
Tan rápido como pudo,
la pelirroja tomó la tarjeta y la admiró como si fuese algo único e
inigualable.
—Vaya, Megara. Muchas gracias, de verdad. Es muy lindo de tu parte. —mencionó ella aún sin quitar la mirada de ese pedazo de papel.
—Lo sé, lo sé, soy tan adorable que hasta a mí me cuesta creerlo.
—Seguro…Ammm... Oye... ¿Puede venir Mulán? —alzó la mirada con una pequeña sonrisa.
Mulán miró a su amiga con un rostro de "¿Qué rayos te pasa?". A ella no le agradaba ni un poco Megara ni ninguna de sus amistades. Prefería pasar inadvertida para ellos a que le prestarán atención, haciéndole una broma o algo por el estilo. Por eso todo iba bien hasta que Ariel por un acto de inocencia, hizo esa pregunta que la hizo desear salir corriendo de ahí hasta llegar a China.
Irónico, ¿no? Mulán... Correr... China... Es que Mulán es chi...
Ok, ok. Sigamos.
La de ojos violeta observó a la chica de cabello negro de arriba a abajo con algo de repulsión, podría decirse; sin embargo, respiró profundo y con su mejor sonrisa —y por su "mejor sonrisa" me refiero a una hipócrita—, asintió.
—Claro, ¿por qué no?
Jasmine y Aurora plasmaron en su rostro mega maquillado, una expresión de asombro y de disgusto al mismo tiempo.
Jasmine sin el más
mínimo disimulo se acercó a Megara y le susurró bruscamente en el oído —¿¡Estás
loca!? Invitar a Ariel es una cosa pero a esa rara es una catástrofe completa.
¿No ves que es una emo? De seguro se corta las venas. Nuestra popularidad se
vendrá al suelo si...
Megara le jaló la oreja izquierda, que era la que tenía a su alcance y entre dientes, respondió —Idiota, tenemos que hacer que Ariel venga sí o sí. Si invitamos a la otra, estará más que asegurado que vendrá la cabeza de tomate y queremos que ella venga, ¿recuerdas? ¿La pequeña bienvenida? ¿Cierto? —al pronunciar lo último, intensificó su tono de voz, así como la fuerza de su mano en la oreja de su "amiga". Jasmine a como pudo, asintió con la cabeza, con los ojos cerrados, aguantando el dolor.
—Me alegra que lo entiendas, querida —. Seguidamente, su oreja soltó y con un chasqueo de dedos, le ordenó a Aurora que le entregara una invitación a Mulán; de mala gana y rodando los ojos no le quedó de otra que dársela —aunque Mulán tampoco estaba muy emocionada que digamos... Es más, no lo estaba—.
Jasmine dio unos pasos hacia atrás hasta llegar al lado de su novio, Tulio; quien estaba muy molesto de la forma en cómo Megara había tratado a su chica. Si bien es cierto que eran del mismo grupo social, sin embargo, él sentía que Meg a veces absorbía por completo a su novia. Y no sólo a ella, a los demás también. No le agradaba del todo la actitud de la "líder"... Pero... ¿De qué le servía pensar así? Nadie más opinaba igual que él y tampoco se iba a quejar directamente con ella o con otro de ellos para que al final le contasen a Megara y todo terminara como un completo alboroto. Esa no era una opción. Además, tampoco podía hablar con Jasmine porque ya sabía la respuesta. Le diría que es su amiga, que no tiene el derecho de hablar así, etc. Y lo más probable sería que su relación fracasara; pero él la amaba —sí, la amaba de verdad— demasiado como para perderla. Jasmine para Tulio era todo, absolutamente todo.
Para él no era una
relación más (cabe mencionar que él antes había tenido muchas novias). No, no
lo era.
Ella era especial porque... Había logrado algo que ninguna otra chica había alcanzado antes... Consiguió sacarlo de un agujero profundo y oscuro, que en algún momento, él mismo pensó que no tendría salida.
Se preguntarán, ¿qué
clase de agujero? Bueno, pongámoslo así… Hay momentos en la vida en los que nos
sucede de todo y al no saber cómo enfrentar la situación, terminamos haciendo
cosas que no deberíamos.
¿Ya? ¿Se dieron una
idea?
Ok, algo así le había
ocurrido a este chico. Al no saber enfrentar la discusiones de sus padres, las
agresiones de su padre a su madre y en algunas ocasiones a él mismo, la muerte
de su mejor amigo en un accidente de motocicleta, el rendimiento académico por
los suelos que le costó todo un año escolar—sí, él estaba repitiendo el último
año—; todo eso lo conllevó a hacer algo que definitivamente no tenía que hacer.
Pero bueno, eso aún no es tan importante de saber. El punto es que ella había
sido su luz cuando su mundo era pura oscuridad y tinieblas. Por eso era tan
importante para él y lo que la diferenciaba de todas las demás… Fue la única
que se atrevió a conocer su oscuridad, la única que se interesó por saber el
por qué de su forma de ser y de sus actos. La única que había logrado acercarse
a él de una forma tan increíble, que terminó por ayudarlo y hacerle ver el lado
positivo a las cosas pero sobretodo…
Le enseñó qué es el
amor.
Pero creo que ya me desvíe del tema.
¿Dónde estábamos?
...
¡Ah, sí!
Ariel algo extrañada por la escena de Megara jalándole la oreja a Jasmine, mencionó —Bueno... Te lo agradezco mucho. Iremos a tu fiesta, sin duda.
—¡Claro! No pueden faltar, chicas —respondía con la hipocresía saliéndosele de los potos, pero para la pelirroja era un tono dulce y emocionado—. En la invitación está la hora, dirección, código de vestir.
—Perfecto, gracias de nuevo.
—Oh, no, no. No me agradezcas nada, dulzura. Eso sí, no olviden mi regalo. —les guiñó un ojo con una sonrisa.
—¡Obvio que no! —le devolvió la sonrisa.
—Bien. ¡Nos vamos! —nuevamente chasqueó sus dedos, indicándoles a todos que la siguieran. Y así fue, como pollitos detrás de su gallina se fueron.
Megara se le acercó a la rubia y le dijo asqueada —Tendré que ir a lavarme la boca.
—¿Por qué?
—Le dije "dulzura" a Ariel... ¡Asco!
—Lo que tienes que hacer para que vaya a tu fiesta.
—Oye, valdrá la pena. La pequeña bienvenida a cabeza de tomate será un éxito.
—Aún no nos has dicho exactamente qué le harás.
—Ten paciencia, Aurora. Ya lo verás... Junto con el resto del colegio…—una malvada carcajada salió de su boca, contagiándosela a su amiga.
—Eres tan mala, Meg.
—No, yo no soy mala. Los demás son demasiado buenos. —rió nuevamente, moviendo su cabello con orgullo y ego.
Seguida de sus secuaces, prosiguió con su camino.
Mientras tanto, Mulán de mala gana, reclamó —¡Ariel! ¿Por qué hiciste eso?
—¿Qué hice?
—¡Hacer que me invitaran a la fiesta de Megara!
—¿Ah? ¿Qué tiene de malo?
—¿¡Qué tiene de malo!? ¿¡Qué tiene de bueno!? ¡Megara junto con sus amiguitos son un grupo malvado, cabeza huecas, superficiales!
—¡Mulán!
—Hablo en serio, Ariel. Ellos no me dan buena espina. Planean algo, no es normal esta actitud.
—¡Oh, por favor! No seas tan paranoica... ¡Ven conmigo! Yo... —bajó la cabeza—, nunca he ido a una fiesta...
—¿De verdad? Bueno, yo solo he ido a las de mis primos, los mayores... Pero... ¿De verdad nunca has ido a una?
—Ni a una... ¡Aunque sé cómo son! —exclamó emocionada con una sonrisa de oreja a oreja—. Hay pastel, globos, dulces, juegos, piñata, sombreritos... —iba contando con sus dedos.
—Ehhh... —hizo una mueca extrañada pero graciosa al mismo tiempo—, creo que te refieres a las fiestas...pero de niños de 8 años —dejo salir una carcajada.
Por su parte, Ariel se encontraba muy confundida ante tal reacción; cruzó sus brazos con una mirada penetrante —¿Por qué te ríes? ¿Acaso las fiestas no son iguales para todas las edades?
La china tomó aire y se limpió una lágrima que rodaba por su mejilla, producto de su risa —. Ari... En las fiestas de adolescentes no hay nada de esas cosas que dijiste. Son totalmente diferentes.
Abrió sus ojos como platos —¿En serio? Pero... ¿Entonces cómo son?
—Bueno... Son algo complicadas de explicar... Mmm.... Bailar, charlar con las personas y cosas así... Sólo que para mí es muy complicado ir a esas fiestas porque yo...no bailo...ni...socializo mucho que digamos....
—¿De verdad? ¿Y por qué no?
—Ariel, soy muy tímida... No se me da bien eso de convivir mucho con las personas. Tengo suerte contigo.
—Awww... Mulán, pero... Entonces ésta es tu oportunidad para hacerlo —sonrió—. Vamos, ven conmigo, por favor.
—No lo sé....
—Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor —ella seguía repitiéndolo y repitiéndolo con mirada de niña de 5 años que le ruega a su madre que le compre una muñeca en una tienda —. ¡Por favor!
—¡Ay, bueno, bueno! ¡Iré contigo! ¡Pero por favor ya para! —movía sus manos en señal de que Ariel callara.
—¡YEIII! —gritó con felicidad, mientras se abalanzó para abrazarla.
Mulán algo aturdida por el repentino abrazo, le siguió el gesto con una pequeña sonrisa.
Cuando se separaron, Mulán rodó sus ojos y suspiró —Bueno, no puede ser tan malo.
—¡Será genial!
—Sólo le pediré permiso a mi mamá y listo.
—Excelente. Yo también le pediré permiso a mi... —la sonrisa que había pintado con delicadeza, se desvaneció a recordar a aquel hombre—, padre...
Recordó que ella aún no le hablaba a Tritón. Después de ese día en el que echó a Jim y le gritó que su madre nunca volvería no se hablaban. Ella estaba muy dolida por todo, ni siquiera le dirigía la mirada; su relación estaba en un punto muy crítico.
¿Ahora qué iba a hacer? De verdad quería ir a esa fiesta, pero no tenía muchas ganas de hablarle a su padre. Sabía que en algún momento lo tendría que hacer, pero ella quería una disculpa suya, lo que no había recibido aún.
—¿Pasa algo, Ariel?
Ella sacudió su cabeza, parpadeando varias veces —¿Hm? ¡Sí, sí! Sólo estaba... Pensando...
—Bien... Am, ¿vamos a almorzar?
—Vamos —sonrió a como pudo.
Ambas se fueron a saciar su hambre, sin embargo, la chica de ojos zafiro aún pensaba en el asunto de su padre. Ya no le preocupaba tanto la fiesta, sino en el problema que habían tenido. Nunca había dejado de hablarle por tanto tiempo... Es más, nunca había dejado de hablarle.
Y todo por Athena... Tritón era evidente que aún no lograba superar su muerte. ¿Y Ariel?
¿Había superado la muerte de su madre? Pues la verdad creo que...
Bueno, independientemente de la respuesta, era un hecho que la muerte de su madre los dividía y eso tenía que acabarse. Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero sí pronto —frase benditamente cliché, pero da igual—.
El resto del día transcurrió normal hasta el momento en que tocaron la campana.
Ariel iba pensativa respecto a ya saben qué asuntito. Planeaba contárselo a Jane a ver qué le aconsejaba ella, ya que ella era la que siempre escuchaba sus problemas y la ayudaba para seguir adelante; no como su padre que... Sí acaso lo veía un par de veces a la semana. Pero ya estaba acostumbrada, no le afectaba tanto. Nunca había tenido del todo una figura paterna y su figura materna... Pues, ella casi no recuerda a su madre, pero según Tritón ella nunca estaba en casa por el trabajo. Así que ella casi nunca convivió con sus padres en la infancia. Por suerte tenía a Jane.
Oh, bueno... Ya que mencionamos a Jane, ella junto con Ariel se dirigía al bosque para... Ustedes ya saben para qué.
Aún no le había dicho nada, quería contarle todo ya estando ambas sentadas, tranquilas y sin que nadie las pudiera interrumpir.
Jane al parecer iba progresando con su muy particular miedo hacia los animales pero sobre todo a los insectos. Ya casi no gritaba o corría al rozarla una hoja.
Estaba progresando, estaba progresando.
En fin, volviendo al tema principal... La pelirroja y Porter ya se encontraban junto a Rajah, el hermoso gatito desarrollado.
Como siempre, el encuentro de Ariel y el felino había sido muy eufórico. Correteaban, jugaban, se revolcaban...
Se divertían.
Habían jugado un gran rato, ese día había sido el que hasta el momento Jane le había permitido quedarse más que tan sólo 5 o 10 minutos.
—Jane, te agradezco mucho que me acompañes a venir todos los días a ver a Rajah. Significa mucho para mí. Y hoy aún más porque milagrosamente podemos quedarnos más tiempo que de costumbre —sonrió mientras se acomodaba en el césped, junto a su amigo.
—Está bien, Ariel. Supongo que por una vez que nos quedemos un poco más no pasará nada.
—Sí, gracias... —sonrió acariciando el lomo de Rajah, sin embargo al recordar de lo que debía hablarle a Jane, suspiró quitando cualquier rastro de alegría de su rostro —. Ammm, Jane... Quiero conversar contigo de algo.
—Dime. ¿Está todo bien?
—Sí, sí... Bueno no. Lo que sucede es que... Bueno, ya sabes que papá y yo no nos hemos hablado desde la semana pasada por el asunto de Jim y todo eso…
—Sí, lo recuerdo. Siguen sin disculparse el uno al otro. Deberías…
—¿Debería qué? —frunció el ceño, alzando su tono de voz.
—Disculparte, señorita… —alzó una ceja, suspirando en cierto tono disgustado.
—Yo no soy la que debería disculparse. Él debe hacerlo —apartó la mirada—. Hizo y dijo muchas cosas… Tiene que pedirme perdón…
—Ariel, mírame —le dijo en tono dulce, pero ella no lo hacía—. Mírame —y no cedía—. Por favor… —hasta que por fin lo hizo, dejando al descubierto sus hermosos y grandes ojos azules con un río amenazando por desbordarse y su nariz tornándose roja.
—Es que…No me gusta estar así de peleada con papá… Nunca nos había pasado porque casi nunca hablo con él, pero ahora pasa todo esto… —las lágrimas empezaban a transcurrir por su fina piel sin el menor disimulo—. Me asusta la situación en la que estamos porque no quiero perderlo, Jane. Con costos puedo hablar o compartir tiempo con él porque siempre está ocupado pero ahora con la discusión que tuvimos… N-No quiero que nuestra relación empeore y ya no pueda hablarle nunca más. Ya fue suficiente no tener una madre la mayor parte de mi vida, no quiero perder a mi padre… —sus ojos parecían goteras; no dejaban de chorrear y eso le partía el alma a Jane. Ver y escuchar la forma en que había dicho eso… La sinceridad y la efusión con la que le había salido, logró en ella, moverla por dentro hasta sentir un escalofrío por todo el cuerpo y hasta ganas de llorar le habían entrado. En cada lágrima, en cada respiro, en cada palabra se notaba el dolor con el que lo expresaba. Era como si el corazón de la chica estuviese derritiéndose y tuviera que salir por alguna parte para demostrar lo necesitada de amor que estaba —. Por eso, Jane… —sollozó, limpiándose las lágrimas—, quiero que me ayudes. Habla con él y trata de convencerlo para que me pida disculpas, por favor…
—Pero, Ariel —respiró profundo, para evitar que las lagrimas le salieran disparadas—, si estás tan triste a como me lo estás demostrando… ¿Por qué no hablas con él? Acércate y explícale todo lo que me estás diciendo a mí.
—Es que yo quiero que él entienda que cometió un error conmigo, quiero que le nazca desde el corazón pedirme perdón. Si le hablo, sé que lloraré y dirá que lo siente pero por compromiso y para no verme llorar… Quiero que entienda todo lo que hizo y dijo está mal, eso es todo lo que quiero. Siempre debo acercarme yo a él, pero quiero que ahora sea diferente. Si le intereso, que lo demuestre y me hable… Eso es lo que quiero.... Quiero saber que le intereso, estar segura de ello.
—Claro que le interesas, Ariel. Eso no lo dudes. ¡Es tu padre! Te ama más que a nada en este mundo.
—Sí es así, no le costará trabajo venir a mí aunque sea una vez —suspiró—. Por favor, Jane. Eres la única que me puede ayudar. Convéncelo, ¿sí?
Porter miró directamente a los ojos a la pelirroja y vio la desesperación que había en ella porque todo se arreglara. La forma en que el brillo de su mirada se extinguía era sólo una señal de que realmente la afectaba tanto hasta el punto de hacerla sentir infeliz o no querida.
Ante las circunstancias, asintió con la cabeza. —Lo haré. Haré todo lo que pueda, te lo prometo. —le sonrió.
Ariel dejo salir el aire que tenía contenido en un gran suspiro aliviado, manifestándose en una sonrisa. —¡Gracias, Jane! De verdad no sabes lo que me ayudas —dirigió su mirada hacia su amigo felino, acariciándole la cabeza—. ¿Lo ves, Rajah? Ella es la mejor de las mejores. No sé qué haría sin ella.
La castaña sonrió bajando la cabeza —Harías muchas cosas...
—Pero contigo las puedo hacer mejor.
Jane posó su mano sobre la mano de la chica con una sonrisa. Ambas rieron y siguieron conversando.
En determinado punto de la conversación, Jane se detuvo y señaló el bolso de la ojos zafiro —¿Qué es eso, Ariel?
Ella se fijó en su bolso y vio que quedaba ligeramente a la vista un sobre púrpura. Lo sacó y lo miró —¿Esto? Es sólo una invitación a la fiesta de Megara de mañana.
—¡Oh, es genial! ¿Iras, no?
—Eso quiero pero... La fiesta es mañana y no creo que pueda pedirle permiso a papá.
—¿Por qué?
—¿Cómo que por qué? Ni siquiera sé sí lograrás convencerlo y que se disculpe conmigo... Además, sí lo hace sonaría muy interesado decirle "Oh qué bueno que ya todo esté bien entre nosotros, padre... Por cierto, ¿puedo ir a una fiesta mañana?"
—Hmmm pero tú no lo harás de forma interesada.
—¿Tú crees que él lo vea de esa forma? Lo dudo mucho... Ya habrán más fiestas, supongo. —agachó la cabeza mirando el sobre.
—Déjamelo a mí, le diré a tu padre.
—¡No, Jane! Pensará que lo hago por interés y no quiero eso.
—Hazme caso. Le explicaré todo, ¿ok?
—Pero...
—¿¡OK!?
—Ok, ok. No me pegues. —rió al igual que su profesora de matemáticas.
Justo en ese momento, Rajah le arrebató de la mano la invitación y comenzó a correr en círculos.
—¡RAJAH! —se levantó de inmediato con una sonrisa. Comenzó a perseguirlo pero era inútil, ese animal era demasiado rápido.
Jane sólo observaba sentada y se echaba unas buenas carcajadas.
Ariel lo correteaba y lo correteaba pero el tigre siempre la esquivaba, lo que lograba que la chica se fuera cansando.
De un momento a otro, la pelirroja de tanto correr y cansancio, se tropezó y cayó al suelo.
—Auch... Eso... —pronunció con el rostro entre el césped—, dolió...
Ni siquiera le había dado tiempo de moverse cuando Jane ya la había vuelto y tocaba su rostro con preocupación.
—¡Ariel, Ariel! ¡Oh mi Dios! ¿¡Estás bien!? ¿¡Sabes cómo me llamo!?
—...¿Abuelita...? ¿Eres tú...? —entrecerró los ojos.
—¡Ay no, ay no, ay no! ¡UNA AMBULANCIA! ¡AYUDA! ¡NO MIRES LA LUZ!
—Jane, es una broma. Estoy bien... —se enderezó rápidamente mientras se acomodaba el cabello.
—¡Me asustaste, desgraciada! —exclamó con la mano en el pecho.
La de ojos azules rió —Lo siento, tenía que hacerlo.
En un abrir y cerrar de ojos, Rajah estaba a la par de la chica con la invitación en el hocico. Al ver a su amiga algo aturdida por la caída, dejo caer la invitación en sus regazos, dándole una lamida en la mejilla.
—¡Rajah! —se rió, aunque le daba cierto asco tener su cara llena de saliva de tigre.
—Bien…Creo que debemos irnos ya, Ariel. Tengo una larga charla pendiente con tu padre.
Ariel alzó la mirada con esperanza y Jane le guiñó un ojo, mientras se levantaba y le extendía la mano.
La pelirroja abrazó fuerte a su “gatito desarrollado” mientras le susurraba “Trataré de venir mañana por la mañana, ¿sí?”: Seguido de eso, le dio la mano a Jane, cogió su bolso, echó en ella la invitación y ambas salieron de ahí.
Dos horas después en la Mansión Tritón…
Ariel estaba descansando en su habitación mientras que Jane esperaba el momento en que Tritón llegara a casa. Caminaba de un lado a otro. Meditaba en cómo debería iniciar la conversación, las palabras que debería usar y cómo se debería comportar. Aún pensaba en los encuentros algo…peculiares que había tenido con él; le daba algo de pena tener que verlo a los ojos como si nada. Pero todo era por Ariel y tenía que hacerlo para saber que estaría feliz.
—Tritón, no hemos hablado en un tiempo… ¡No, no! Mejor así… —aclaró su garganta—, Tritón, tú, yo, charla, ahora… ¡Ugh! ¡No, qué asco! —dio media vuelta y seguía caminando con las manos juntas—. Tal vez sólo debería decir… Tritón, ¿podemos hablar un segundo?
—Por supuesto, ¿de qué quiere hablar?
Porter se estremeció, dejando salir un pequeño grito. Se volteó y se llevó la mano al corazón —¡Tritón! Me asustó…
—Ya se le está haciendo costumbre asustarse cuando me ve, ¿no es así? —cerró la puerta, mientras se quitaba su chaqueta formal y la colgaba en el perchero de la entrada.
—¡No! ¡Bueno sí! ¡Quiero decir…! ¡No, lo siento yo…! ¡No es usted, soy yo! —cruzó los brazos, mientras traba de callarse de una buena vez—. Perdón, yo…¿Podemos hablar?
El hombre no pudo evitar reír ligeramente —Bien, ¿vamos a la cocina por un té?
—¿C-Cómo? —se tornó algo roja mientras sentía como los nervios se apoderaban de ella. Pero debía controlarlos, esto no era por ella…—. Amm…No será necesario. Verá, quiero hablar sobre su hija…
De inmediato borró su sonrisa y se acercó a la castaña y con una profunda y seria voz preguntó —¿Qué con mi hija?
Tomó aire y se paró derecha —Tritón, Ariel está mal. Está mal por la discusión que tuvieron la semana pasada. Esto debe terminar.
—Ohhh, así que era de eso, ¿eh?... —bajó la mirada, mientras permanecía pensativo—, Yo… —alzó la mirada nuevamente—, sé que me debo disculpar yo con ella…
—¡Tritón! ¡Entienda que usted tiene que…! Espera… —abrió los ojos a más no poder— ¿L-Lo sabe? ¿¡Y qué espera para ir!? ¡Su hija ha estado deprimida toda esta semana!
—Jane…Es que, no es así de fácil…No puedo…
—¿No puede o no quiere?
—¡No puedo! Quiero que las cosas estén bien entre nosotros, pero no sé cómo acercarme a ella después de lo que dije sobre su…
—Athena…
—Sí… Sé que lo que dije fue muy brusco y hasta algo insensible, pero ese tema, ella sabe muy bien que es prohibido en esta casa y aún así, la nombró, por eso me llevó a decir lo que dije…
—¡Ella tiene derecho a pensar en su madre! ¡No la puede culpar por eso! ¡Y usted no le puede echar la culpa de todo! ¿Lo olvida? ¿Nuestro pequeño secreto?
Él suspiró de mala gana, rodando los ojos —No necesito que me recuerde algo que sé perfectamente…
—¿Pero entonces por qué…? Espere un momento… ¡Eso es!
—¿De qué habla?
—No puede acercarse a Ariel para pedirle disculpas porque eso involucraría tocar el tema de Athena y claramente le recuerda ese pequeño secreto… Y lo hace sentirse culpable… ¡Por eso es! ¡No quiere hacerlo porque siente culpa de ello!
Tritón parpadeó varias veces, sintiéndose un tanto incómodo; tanto así, que apartaba la mirada —N-No sé d-de qué h-habla…
—Lo conozco muy bien, sé que empieza a tartamudear cuando miente. Tritón… Si se siente así es porque usted lo ha elegido.
—Jane, ese secreto no tiene nada que ver con esto…
—¿Seguro? A mí me parece que sí. Le da miedo hablar de eso; no quiere que ella se entere.
—Bueno, bueno. Usted gana. Sí, tiene que ver con el secreto. No me gusta hablar de eso, es un tema delicado, usted y yo lo sabemos.
—Pero Tritón…¿Nunca piensa decírselo?
—No tiene porqué enterarse. ¿Debería hacerlo?
—¡Sí! Escúcheme, si ella llega a darse cuenta de algún modo sin que ninguno de nosotros le haya dicho…
—¿Y cómo lo haría? Sólo Grismby, Carlotta, usted y yo sabemos sobre eso. Y todos ustedes me han prometido no decir una sola palabra.
—¡Pero si llegara a hacerlo de alguna forma, no quiero imaginar cómo se pondría! La he visto triste, sufrir, llorar por esa discusión que ustedes tuvieron y el miedo que ella tiene de perderlo a usted como lo hizo con su madre… —cruzó los brazos, acercándose a Tritón con una penetrante mirada—. Si ella se da cuenta, la va a perder.
Tritón se sorprendió antes las últimas palabras. Le daba miedo pensar en eso; ¿perder a su hija? Eso sería devastador, pero él sabía la razón por la que mantenía ese secreto sólo que al parecer nadie lograba comprenderlo. “Es lo correcto”, pensaba él acerca de sus decisiones. Cada día se decía lo mismo hasta que por fin había logrado creérselo. Ariel no debe saber nada. Sin embargo, tenía un ligero punzón en el pecho cuando recordaba todo; no tenía culpa…Tenía miedo pero claramente, prefería ocultarlo.
Jane dio un paso hacia atrás mientras suspiraba algo molesta —¿Sabe qué? Haga lo que quiera, yo no soy nadie para mandarlo. Pero sí le aconsejo que vaya ahora mismo donde su hija porque bastante mal la está pasando en este momento y todo es su culpa porque usted inició el problema. Usted echó de aquí al amigo de Ariel pero sobretodo le gritó sobre su madre. Vaya pídale una disculpa y siga guardando ese secreto del que se esconde de no ser tan valiente para afrontar la muerte de Athena.
El hombre abrió los ojos grandes y sorprendidos. No esperaba que Jane le dijese eso. Fue muy intensa la forma con que casi se lo grito; seria, mirada fija, molesta y hasta algo angustiada. ¿Por qué se lo reprochaba a cada rato? Era la mejor decisión que él podía tomar en un momento de desesperación. No podía negar el hecho de que le remordía la conciencia ocultarle a su hija algo así pero él sabía —mejor dicho, quería creer— que era lo mejor para todos por lo antes mencionado… Miedo. Sólo que él no quería darse cuenta.
—Bueno, yo me retiro, Tritón. Tengo deberes que hacer pero por favor vaya con Ariel.
—Lo haré, pero no porque usted me lo diga, sino porque realmente lo debo y quiero hacer. —su voz se tornó algo más profunda y tosca. Ese lado vulnerable que había dejado salir hace unos momentos, se había ido y había vuelto ese espíritu de orgullo y seriedad.
—Bien. Con permiso —dio media vuelta, dirigiéndose hacia las gradas, pero antes de subir, volteó ligeramente para decirle: —¡Oh! Y… Hay una fiesta a la que fue invitada su hija mañana… Ella claramente no le dirá nada sobre eso, pero lo mínimo que puede hacer es darle permiso.
Tritón analizó lo dicho y asintió con la cabeza levemente —Bien, ya veré.
Jane se giró y siguió con su camino. Tritón se sentó lentamente en uno de los sillones de la habitación y sacó de la bolsa de su camisa una fotografía de Athena, Ariel y él juntos; la miró, contempló y con mucho pesar suspiró con la mirada gacha. “Ay, Athena, haces tanta falta…” pensó para sus adentros. Respiró profundo, guardó la foto y de un impulso se levantó decidido a ir al cuarto de su hija.
En el cuarto de Ariel…
Ariel estaba acostada en su cama, con la vista en el techo pensando simplemente en si su padre ya habría llegado a su casa. “Tal vez debería ir yo y hablar con él...” pensaba mientras jugaba con sus manos. Pero como por arte de magia, su padre tocó la puerta de su cuarto.
—¿Ariel?
Ella se sobresaltó y se levantó rápidamente, acomodando su cabello mientras se ubicaba en la orilla de la cama y decía: —Pasa.
Él entró, aproximándose a la pelirroja.
—Ammm pues…Hola.
—Hola, padre…
—Ariel, yo…—pasó su mano por detrás de su nuca—, vengo a, debo…quiero…
—¿Sí?
Respiró profundo y dejo llevarse —Quiero disculparme por lo de la semana pasada.
“Realmente lo consiguió. Jane hizo que mi padre si disculpara conmigo” pensaba ella, mientras que su padre seguía hablando.
—De verdad es que todo se me salió de las manos, Ariel. No debí haber tratado a tu amigo de esa forma, fue sumamente descortés. Pero más que todo…Me disculpo por lo de tu madre…
—Sé que no debí mencionarla…
—No, Ariel. No es que no hayas debido, no te puedo culpar por eso. Yo nunca debí haberte gritado de la forma en que lo hice…Es sólo que…—se sentó a la par de su hija, mirando hacia abajo—, la muerte de tu madre fue muy fuerte para mí, ¿sabes? No me gusta hablar de ella porque me traen muchos recuerdos tanto buenos como malos y…yo sólo quiero tratar de pensar lo menos posible en ella…Perdón, hija —la miró directo a los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas—. Perdón por no ser el mejor padre del mundo, sé que he fallado muchas veces pero lo único que quiero es que estés bien, que estés segura…Porque…No quiero perderte como perdí a tu madre…
Ariel sollozó ante lo ultimo dicho mientras dos lagrimas caían por sus mejillas y trataba de tomar aire para hablar, aunque un gran nudo se había apoderado de su garganta —Papi, eres el mejor padre del mundo, haces lo que puedes. Yo tampoco te quiero perder porque te amo.
A Tritón se le escaparon unas cuantas lágrimas y sin pensarlo dos veces abrazó a su hija con fuerza. La pelirroja muy sorprendida por el repentino abrazo, se lo devolvió con cariño.
“Hace mucho no me abrazaba así…” pensó ella, mientras más lágrimas rodaban por su rastro, hasta caer en el hombro de su padre.
Segundos después ambos se separaron y se dirigieron una mirada tan expresiva que no necesitaron hablar.
—Bien, creo que…debo ir ya…—se levantó de la cama, mientras limpiaba disimuladamente sus lágrimas. Ariel suspiró mientras sonreía ligeramente —. ¡Por cierto! —dijo antes de salir por la puerta—. Puedes ir a esa tal fiesta tuya de mañana.
La chica abrió los ojos como platos —¿¡E-En serio!?
—Sí, después de todo, es tu primera fiesta y sería injusto de mi parte que no te dejara ir. Con la condición de que estés temprano en casa y te cuides mucho.
—¡Sí, no tienes nada de qué preocuparte! ¡Gracias, papi! —exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, mientras se controlaba para no pegar cuatro brincos.
Tritón le sonrió y salió de la habitación.
Apenas su padre cerró la puerta, tomó su almohada y gritó de la emoción. Se levantó de la cama y dio pequeños saltitos.
—¡Esto es genial! ¡Podré ir, podré ir! Y todo es gracias a Jane —sonrió.
—¿Qué es todo gracia a mí? —apareció Jane, abriendo la puerta, introduciéndose a la habitación.
Ariel le sonrió y fue corriendo a abrazarla.
—¡Woo! Cuidado me botas. —se reía mientras trataba de tomar el equilibrio.
—Gracias, Jane. —se separó para verla directo a los ojos—. Hiciste que viniera a hablar conmigo. Me dejo ir a la fiesta, cosa que jamás habría hecho…Pero sobretodo… Se disculpó y aceptó su error. De verdad vi que lo lamentaba y me dijo la razón por la que no le gustaba hablar sobre mamá.
—Yo sólo le di un empujoncito, él ya tenía la intención de venir. —le sonrió.
—Gracias. Ahora presiento que nuestra relación mejorará. Habrá más comunicación, no secretos. Todo será genial.
Jane al oír “no secretos”, fue el motivo suficiente para hacer que borrara su sonrisa. Sabía que Tritón no le había contado sobre ese famoso secreto y lo más probable es que no lo haría jamás… Ella deseaba decirle, pero no era quién para hacerlo. En fin…Las cosas estaban yendo bien, tal vez Tritón tenía razón y no debía enterarse de que…
—¿Estás bien, Jane? —preguntó algo angustiada al ver la mirada ida de la castaña.
—Oh, sí…Lo siento, es que me pone muy feliz que ya no estés triste. —sonrió a medias.
Ariel rió y la abrazó de nuevo.
“Me duele que no sepas la verdad, Ariel…Pero…Tu padre sólo quiere que no sufras…Tal vez fui muy dura con él respecto al tema…Este secreto NUNCA debes saberlo… No puedes…” pensó ella, suspirando y devolviéndole el abrazo.
Hola Fabi, no importa cuanto hayas tardado en escribir el capítulo, lo entiendo, la escuela nos quita mucho tiempo, pero me alegra que lo hayas subido, vamos por partes.
ResponderEliminarLa parte de Tulio me sacó de onda pero a la vez me enamoró y encariñó, pues como había publicado hace meses lo del párrafo, me quedé con ganas de saber de quien se trataba y que bueno que ya me calmó, pero me enojé cuando cambiaste tan rápido el tema, pero bueno tú eres la creadora de esa hermosa historia.
La parte de la fiesta me la imagino como Carrie, ¿si has visto la película de Carrie de Stepeh King? si no las has visto, te haré un poco de spolier, en la fiesta, justamente cuando todo para ella es felicidad y un sueño hecho realidad, la mojan de sangre enmedio de toda la escuela y se burlan de ella, y hasta ahí contaré jejej, Para explicarme más o menos me imagino eso, o algo peor a mi querida Ariel, pero tranquila te doy tiempo para el 14.
No salió Jim hehehe, pero no importa, para que la mente descanse un poco.
Dejas esta historia como telenovela, al espectador lo dejas con la incógnita de que secreto están hablando los personajes y tú, espero el día en el que publiques el capítulos dónde se confiesa ese secreto tan cruel que le llaman.
Sigue así con tu historia, te queda de maravilla.
Gracias por entender Amy^^ Sí, la verdad es que es mucho el tiempo que quita :C
EliminarBueno, el momento que se estaba viviendo en esa parte era otra cosa, por eso no podía seguir hablando todo el capítulo de ellos xD Pero igual, voy a sacarle mucho jugo a esa pareja :3
Mmmm no he visto esa película xD
Jaja te aseguro que no habrá sangre en la fiesta XD! Pasará algo feo (MUY :C) pero sangre no xD
Jajaja sí, me di cuenta de eso cuando estaba terminando de escribirlo x,D
Jojo soy tan mala :3! El secreto se sabrá dentro de muuuuchooooo xD Pero igual iré dejando como pistas :3
El secreto la verdad sí es muy cruel XD
Muchas gracias, Amy *-*
XOXO y más XOXO
No se porque tenia el presentimiento que aqui iba a ser cuando leeria sobre la fiesta, "Estúpido presentimiento!" xD ...pero bueno me ha encantado! :3 este capitulo estuvo lleno de sentimientos, pero no con Jim xD .. pobre no salio hoy :( , o pobre de nosotros porque no salio xD, por cierto me moria por saber de quien era el pasado "oscuro", dudas aclaradas! :D que bonito pedazo!! -w- , y bueno de alguna manera me alegro de que dejen ir a Ariel a la fiesta, no es que quiera que le pase algo malo, pero la historia se hará mas emocionante (o.o) si que si!! , haber que clase de "bienvenida" le dan los chicos malvados (OoO), y bueno es un gran alivio que se haya solucionado lo de Ariel y Triton, aunque no sera por mucho ... creo (-o-). ... y bueno...EL GATITO DESARROLLADO!! ... se queria comer la invitacion xD ... sabra sobre el plan de Megara xD ..... por cierto.. hoy no salio el fashion de Kuzko <3 ... ni el pervertido de Hercules.... xD "Hercules no te metas con Ariel :( !!" :3 ....y para finalizar ... la verdad es que con la escuela y ciertos proyectos (por asi decirlo) es mas dificil el pensar en un capitulo ya que no se tiene tiempo (-w-), si de por si no me llega la inspiracion a mi en vacaciones mucho menos en dias de escuela x3
ResponderEliminarPD: Amalia me asusto con lo de la sangre... yo pensaba que a Carrie le habian tirado petroleo D: ...
PD2: Ahora quiero saber sobre el secreto :E
Jajaja es que la idea era que en este capítulo sería la fiesta xD...Pero me salió más largo de lo que pensaba O.O
EliminarSí :3? Gracias fwioehfwoe *u*
Jaja no, no salió Jim :c Pero en el otro capítulo sí que saldrá :3
Awww gracias :D Nadie se esperaba que fuese de Tulio jaja xD
Jojo ya verán *O* Tal vez sea muy desgraciada pero bueno x,D
RAJAH *u*! Jajaja tiene su instinto de felino(?) xD
Jajaja no O.O Pero ellos saldrán en el próximo :3 Ay Hércules...Creo que tu advertencia será en vano D:
Jajaja cierto, se corta la inspiración completamente xD...
Gracias por comentar, Mizuki *u*
PD: JAJAJA a mí también x,D
PD2: Lo sabrán en unos 10 capítulos más, aproximadamente XDDD
ME INTRIGA ...ME INTRIGA... ME INTRIGA por DIOS Fabi porque me dejas así?? yo que te hice?? :(
ResponderEliminarprimero: a alguien se le muere y reprobó año :O . y luego ya me dijiste pero ahora me dejas otra ves con intriga ¿Qué secreto es?
o sea los papas no pueden guardar secretos ni mentir ... al menos que hablen de Santa Claus y ratón/ hada de los dientes >:/ .
Soy la única que se dio cuenta que mi Jim no salió? aa, aa jajaja nah Amy también lo noto :D ( chócalas ;D ) lo extrañe espero leerlo pronto jajaaj (bien romántica yo)
Me encanta tu historia 6 palabras - L-A A-M-O <3 yomi yomi lala :3
XOXO y mucho mas XOXO :33
¡¡¡PUBLICASTE UN NUEVO CAPÍTULO!!! ¡NO ME LO PUEDO CREER! CREO QUE ESTOY SOÑANDO *-* Amo tu fanfic pero estuvimos tanto tiempo sin capítulo que acabé perdida D: No recordaba qué estaba pasando. ¡DISCULPA MI MEMORIA DE PEZ ANCIANO! >.<
ResponderEliminar¡AMO LA AMISTAD DE ARIEL Y MULÁN! Son preciosas <3 Megara me cae cada vez peor, aunque a la vez me encanta, es la típica chica mala de los institutos... Y HERMOSA SIEMPRE *-* El texto sobre Tulio y Jasmine me enamoró... Es perfecto... ¡QUÉ BIEN ESCRIBES! Hasta los propios seguidores de Meg la odian -.-" ¿Qué novatada le harán a Ariel? Sea la que sea Jim debe defenderla...
RAJAH ES EL GATO MÁS BELLO DEL MUNDO :DDD Y la parte de Ariel llorando mientras le contaba a Jane me rompió el corazón en 20.000 pedazos :( Aunque por fin ella y Tritón hablaron... Pero ¿qué tan terrible es el secreto? ¿Qué sucedió? Espero que vayas dejando pistas... ¡NO ME AGUANTO! A primera vista Ariel no tiene ningún problema... En fin...
¡Qué ganas de leer el siguiente! YA SABES QUE ESTOY MUY ENGANCHADA A ÉSTA HISTORIA :DDDDD
¡Un abrazo enorme linda! <3
Wow wow, son demasiadas cosas, demasiadas emociones!
ResponderEliminarLo de Tulio me conmocionó bastante, pobrecito... Aquí todos tienen historias trágicas :( Y eso me hace pensar que Jasmine no es mala si consiguió sacarle de su depresión, sólo está dominada por Megara igual que Naveen.
Aurora y Jane son demasiado tiernas!! >w<
Y necesito saber que pasó con Athena, lo necesito! Muy a mi pesar me voy a dormir y no podré seguir devorando historia, pero mañana quizá te cae un regalito por este fantástico crossover... He dicho quizá así que no te emociones, eh! Es bromi :*
Abrazos de oso!
Perdon? He dicho que AURORA es tierna? Por dios!! Cómo se nota que lo escribí a las quinientas de la noche! ARIEL y Jane son tiernas! Aurora no, es mala malosa! :(((
EliminarAbracitos de tigreee!