Al día siguiente, Ariel estaba realmente emocionada por su primera fiesta. Tenía todo preparado...Su atuendo, el regalo (recién lo había comprado con Jane en el centro comercial) que eran unos cosméticos. Que no sé ustedes pero es un buen regalo para alguien que pasa maquillándose día y noche para sentirse bella y así lograr disfrazar esa horrible personalidad...
Oh...
Lo siento, me pasé. El punto es que era un buen obsequio para Megara.
Y bueno, ya que el centro comercial dónde consiguieron el regalo no quedaba tan lejos del bosque, hicieron una pequeña parada donde Rajah. Sólo que esta vez a ambas les tocó buscar al tigre por todas partes, ya que no aparecía dónde siempre se veían. Ellas caminaron por mucho tiempo, Jane estaba histérica pero Ariel estaba empeñada en ver a su gatito desarrollado. Por suerte, cuando ellas después de tanto caminar se toparon con un río con una pequeña catarata, Rajah rondaba cerca de allí y con su olfato puedo detectar a ambas y encontrarlas. No estuvieron mucho tiempo ahí ya que habían demasiados insectos por todas partes e incluso se toparon con una culebra. Se podrán imaginar la clase de gritos de Jane; cualquiera que la oyera, juraría que la estaban matando. Creo que por eso la culebra se fue rápido, los gritos de Jane espantaron a la pobre.
En fin, el cielo se pintaba de un azul oscuro, decorado por relucientes estrellas y la hermosa luna llena que se prestaba para lucirse, lo que significaba que la noche había llegado. Y más importante aún, la fiesta de Megara estaba por empezar.
Ariel estaba terminando de arreglarse frente al espejo.
—¿Cómo crees que deba llevar el cabello? ¿Suelto o recogido? ¿O medio recogido? —le dijo la pelirroja preocupada a Jane, mientras jugaba con su pelo frente al espejo.
Porter rió, mientras se posaba detrás de ella, acomodándole su melena roja —Relájate, te divertirás mucho.
—Ya lo sé, ya lo sé pero... ¡Estoy muy nerviosa! ¿Qué pasa si llego muy tarde? ¿O si llego muy temprano? ¿Qué pasa si no sé qué hacer? ¿Y si mi atuendo es demasiado formal? ¿O demasiado informal? —la chica parecía que se iba a hiperventilar. Dejó ir sus manos a su cara con frustración—, Creo que no es buena idea de que vaya...
Jane frunció el ceño y se posó de cuclillas en frente de la chica —Ariel, todo estará bien. No te estreses. Verás lo genial que la pasarás, es sólo una fiesta, no te preocupes tanto, ¿sí? Y por lo de tu traje...Hey, créeme que te ves hermosa.
Ariel aún con las manos en su rostro, logró pronunciar —¿En serio?
—No, es broma... ¡Claro que sí! Quítate las manos de la cara y déjame maquillarte un poco.
—Bien...—bajó sus manos delicadamente, dejando al descubierto sus hermosos ojos azules con un brillo que transmitía nervios pero al mismo tiempo emoción porque pronto experimentaría algo que jamás había vivido.
Jane comenzó a maquillarla sutilmente, nada pretencioso, apenas un retoque para resaltar lo bello que era su rostro. Un poco de sombras, un poco de polvos, un poco de rímel y brillo labia, y...¡Listo! Una Ariel completamente diferente iba a pisar la casa de Megara.
La castaña sonrió, mientras se apartaba para que la chica pudiera verse en el espejo —Mírate.
Ariel se levantó y se admiró de arriba hacia abajo. Estaba atónita, nunca se había vestido de esa forma, no pensaba que se vería así jamás. Sus ojos se expandieron con tal asombro que casi la hace llorar; sus labios se abrieron lentamente, tratando de articular algo que expresara lo sorprendida que estaba.
—W-Wow... Me veo tan...
—Preciosísima —sonrió una vez más.
—Gracias, Jane. —le devolvió la sonrisa, mientras se daba vuelta para abrazarla.
—Serás la más linda de la fiesta, oh sí —afirmó con una media sonrisa—. Ahora —terminó el abrazo, borrando su sonrisa, mostrándose decidida—. Tengo que darte unas advertencias sobre la fiesta....
—¿Qué clase de advertencias? —su mirada se intensificó con un aire preocupado y tenso.
—Ok, veamos... No aceptes alcohol ni cigarrillos ni nada por el estilo, ¿sí? Tampoco aceptes que alguien más te dé cualquier refresco. Nunca sabes qué le pueden echar, ¿ok?
—Jane... —empezó con una sonrisa.
—¡Nada de actos ilegales! ¡Eres muy joven para ir a prisión!
—Claramente lo soy, pero Jane...
—¡Y no quiero que te dejes llevar por muchachos! ¡Sé fuerte a las seducciones! ¡No quiero panzas a estas alturas de tu juventud!
—¡JANE! ¡Por Dios, no haré nada de eso! ¿Cómo se te ocurre? ¿Has perdido la cabeza?
—...Está bien, tranquila. A veces eres tan dramática, Ariel.
La pelirroja miró a Jane con ojos de "¿Es en serio?" pero al final se rió.
—Bueno, ya que papá está cenando con unos ejecutivos, le diré a Grimsby que me lleve.
—Perfecto. Llámalo también cuando quieras que pasen por ti, pero recuerda que a más tardar debes estar aquí a las 10:30 o tu padre se pondrá como un ogro.
—Entendido. —sonrió y se despidió de Porter con un abrazo. Se vio una última vez en el espejo, tomó el regalo y se fue.
Mientras tanto en la habitación de Megara...
—Todo será increíble, se los juro, chicas. —dijo la cumpleañera, mientras se admiraba en el espejo.
—¡Claro que sí! —exclamó Aurora.
—¡Meg, tu vestido es realmente súper fab! —chilló Jasmine con una sonrisa.
—Lo sé. —sonrió—. ¡Bueno! ¿Ustedes qué siguen haciendo aquí? ¡Tengo que terminar de alistarme para mi gran aparición! ¡Vayan abajo y díganles a los invitados que pronto iniciará la fiesta!
—¡Sí, señora! —Aurora hizo un ademán con la mano como el que hacen los soldados, aceptando una orden. Seguido de eso, salió de allí.
Jasmine estaba a punto de salir del cuarto, cuando Megara la detuvo con:
—¡Jas! ¿Cabeza de tomate ya llegó?
Ella volteó y se encogió de hombros —No lo sé, me parece que no. —. Y sin decir más, se fue junto con Aurora.
Meg se giró nuevamente hacia el espejo y pensó "La que te espera, Ariel..."
No quiero sonar como su secuaz malvada pero...De verdad le espera algo muy malo. Pero, ¡hey! ¡Ánimo! No todo va a ser malo para nuestra protagonista; de hecho, habrá un momento en que la pasará de lo mejor, gracias a la compañía. ¿Se dan una idea de quién?
Alguien de un sedoso cabello...
Impresionantes ojos claros...
Una sonrisa para morirse...
Sí, ya adivinaron.
—¡Jim! —gritó Malina, mientras corría a abrazarlo.
—Hola, Mali —sonrió él, separándose del abrazo.
Segundos después, llegó Kuzco. Todos ellos ya estaban en la fiesta de Megara que dentro de poco empezaría.
Era un lugar inmenso, de los cuartos más grandes de la mansión. Habían muchas mesas y sillas decoradas de forma muy elegante, distribuidas estratégicamente ya que eran muchos invitados; con centros de mesas muy elaborados con globos y demás. En el centro estaba una pista de baile bastante amplia, de esas que tienen luces de colores. Habían cintas moradas, globos, enormes carteles de fotografías de Megara haciendo distintas poses, una bola de espejos, un gran DJ, un gigante buffet con toda la comida que se puedan imaginar. Pero no era solo eso, al fondo del salón habían unas gigantescas puertas de cristal que daban al increíble jardín con una piscina de un tamaño bastante considerable. Era un lugar de en sueño.
Los chicos buscaron una mesa, se sentaron y así conversaban, como los demás invitados.
—¿Por qué no ha llegado...? —inició Malina.
—¿Ariel? No sé... ¿Crees que se perdió o no sepa la dirección? —volteó a verla preocupado.
Malina tomó aire, tragó duro y a regañadientes contestó: —Yo me refería a Hércules, Jim. ¡No de Ariel! ¡Hércules!
—Oh... —carraspeó—. Ya sabes como es él...Le gusta venir tarde. —apartó la mirada.
Mientras Malina trataba de controlar su ataque de celos, Kuzco sólo reía de la cara de su hermana.
—¡Chicos! —apareció Hércules con una gran sonrisa. Jim se levantó sonriente y saludó a su mejor amigo y así lo hicieron los demás—. ¿Ariel vendrá? —preguntó, seguidamente de sentarse a la par de Jim.
—Ahorita debe venir con Mulán —respondió Kuzco—, habían quedado en que Ariel pasaría por ella y vendrían juntas.
Herc asintió y se dispuso a hablar con el resto.
Algunos minutos después...
Jasmine y Aurora llegaron al salón con sus bellos vestidos —cabe recalcar que Megara tuvo que escoger el color para que combinara con su vestido y claramente que no fuera el mismo estilo para que ella pudiera resaltar—y anunciaron a todos que Megara estaba a punto de hacer su gran aparición.
Segundos después de ese aviso, llegaron por fin Ariel y Mulán. Los regalos ya lo habían dejado en la entrada del salón con los demás.
Malina alzó la mirada y notó que las chicas se dirigían a su mesa. Suspiró de mala gana y rodó los ojos —Parece que ya llegaron...
Hawkins, Herc y Kuzco las buscaron con la mirada y al ver a Ariel (Mulán, te amamos) simplemente quedaron boquiabiertos.
—Wow...—pronunció Jim, sin quitarle la mirada un segundo. Sus ojos estaban viendo casi a un ángel.
—Wow...—siguió Hércules casi con la saliva chorreando.
—Wow...—mencionó Kuzco, mirando también a la chica— ¡Qué increíbles zapatos anda Ari! ¡Wow! ¡Totalmente chics!
Las recién llegadas se acercaron a la mesa, y todos se saludaron. Ambas se sentaron a la par y se unieron a la conversación.
Jim no dejaba de ver a la de ojos zafiro. ¿Realmente era ella? Era impresionante la belleza que tenía él ante sus ojos. Todo en ella era deslumbrante. Él sabía que Ariel era hermosa, lo creía; pero ésta vez era espectacular. La forma en como sus pestañas caían delicadamente sobre sus ojos, dejaba al alcance apreciar lo bien que se veían sus parpados de color morado. Cada vez que movía sus labios para hablar, le permitía a Jim ver que el brillo labial rosado sobre éstos era simplemente irresistible. Cuando sonría, su blanca sonrisa era algo de apreciar detalladamente; dientes perfectos, perfectamente impecables. Sus mejillas y ese suave toque rosado en ellas le daba apariencia tierna y bonita. Su rostro lucía tan perfilado y fino; tan fino que asemejaba porcelana como si fuera una muñeca. Sin embargo, Hawkins no sólo pensaba que se veía linda o no, no...Seamos honestos, es un hombre y claramente no sólo se fijó en su rostro... El vestido hacía gran trabajo en la figura de Ariel. Tenía las curvas donde tenían que estar y créanme que ese vestido, las resaltaba de una forma muy... ¿Cómo decirlo? ... Sexy, ardiente, sensual...Ok, ok. Entendieron la idea... Como decía, el cuerpo de la pelirroja calzaba perfectamente en el atuendo. Pero, la parte que más le llamó la atención a nuestro querido chico fue la parte de los hombros. ¿Por qué? ¡Porque estaban descubiertos! Sus hombros andaban al aire libre de una forma clásica y atractiva. ¿Saben lo irresistible que es eso para un hombre? ...¡Mucho! De verdad. Pregúntele a cualquier chico y les dirá lo tentador que es, no miento.
Básicamente así pensaba Jim, que era la mujer más bella que había visto jamás.
Pero recordemos de quién era la fiesta... Sí, de Megara. Las luces se apagaron de un momento a otro y solamente un reflector apuntó hacia la puerta de la entrada. Todos miraron en la misma dirección y notaron que humo comenzó a salir y de él salió la figura de la cumpleañera a lo cual, todos los invitados aplaudieron y gritaron emocionados.
—¡Y aquí llegó a quien estaban esperando! —gritó ella, adentrándose más en el salón. Más aplausos se escucharon a lo que ella sonrió con orgullo —. ¡Hoy es el mejor día del año! ¡Mi cumpleaños! —confeti salió disparado, provocando que todos gritaran alegres—. ¡Les aseguro que esta fiesta será la mejor de todas! Será un día para recordar... —buscó con la mirada entre todas las personas y cuando por fin detectó a "cabeza de tomate" sonrió maliciosamente—. Habrán muchas sorpresas... Ahora... ¡A divertirse! —la música sonaba fuertemente y luces de colores relucían por todo el salón y así las personas dieron inicio con la verdadera fiesta y se levantaban a bailar. Otros preferían quedarse sentados y hablar con los demás; algunos preferían irse al jardín y admirar la piscina y los más alocados —en éstos está incluido Hércules—, iban directo al bar que yacía en una esquina a tomar. Sí bueno, Herc andaba en esas de disfrutar con el alcohol; a Jim realmente no le agradaba que su amigo se obsesionara tanto en las fiestas con la bebida, pero no podía hacer nada, él era muy cabeza dura. Por otra parte Kuzco inmediatamente se fue a bailar y llamar la atención de todos con su despampanante traje (ese chico amaba las lentejuelas). Ariel, Mulán, Jim y Malina seguían en la mesa, charlando entre sí.
En determinado punto de la fiesta, Megara junto con su grupo de amigos, llegó hacia la mesa donde estaba la pelijorra y con una de sus sonrisas especiales (hipócritas) dijo:
—¡Oh, Ariel! ¡Cuánto me alegra que estés aquí! Gracias por venir, la pasarás genial, lo aseguro.
—No me cabe duda —sonrió—, todo está increíble. ¡Y tú te ves tan linda!
—Lo sé...¡Quiero decir! ¡Gracias! Tú no estás nada mal. —le guiñó un ojo—. Bien, creo que iré a bailar un rato.
—Anda.
Meg dio media vuelta, junto con su grupillo. Mulán los vio alejarse y se acercó a Ariel con un rostro disgustada —¿El vestido de Megara era para su fiesta de cumpleaños o para ir a hacer presentación en la mansión de Playboy?
Ariel no lo pudo evitar y se echó unas buenas y sonoras carcajadas: —¡Mulán!
—Hablo en serio... —la miró seriamente, pero al ver que Ariel estaba casi reventándose de la risa, no lo resistió y se unió a ella. Ambas siguieron riéndose por un rato.
La verdad es que ellas cada vez se hacían más unidas.
La fiesta siguió transcurriendo de maravilla, todos se divertían. Incluso, alrededor de las 8 de la noche, llegó un espectáculo de acróbatas, malabaristas, magos, bailarines y demás a la fiesta. Había sido un show fantástico y todos verdaderamente lo disfrutaron. La noche era todo un éxito. Ariel estaba fascinada con todo, el ambiente, las personas, la decoración, la comida, la música... Lastima que no podía bailar porque nunca lo había hecho; le gustaba ver a los demás hacerlo porque se veían muy divertidos.
Ojalá ella pudiera...
—Ya vuelvo. Iré al baño. —comentó Malina. Al irse, sólo quedaban tres en la mesa; Ariel, Jim y Mulán. Hasta que...
—¡Muy bien, escuchen todos! —dijo el DJ por el micrófono, parando la música electrónica de hace un segundos—. ¡Es tiempo de ponernos un poco lentos y sacar a su pareja a bailar! —dicho esto, puso la canción "Thousand Years" de Chrstina Perri y así los hombres sacaban a sus chicas a bailar. Las luces se tornaron suaves y tranquilas para crear un ambiente romántico.
Jim tomó sus manos, jugando con sus dedos y levantó levemente la mirada para observar a la pelirroja. "¿Y si la invito a bailar?" pensó, dubitativo. "¿Pero y si no quiere? Bueno... ¿qué pierdo con intentarlo, no?...O tal vez no deba decirle, se ve muy a gusto hablando con Mulán y... ¡Ok, Jim Hawkins! Puedes hacerlo, si quieres conquistarla tienes que empezar por algo ¿Por qué te pones tan nervioso?" seguía jugando con sus dedos, hasta que...respiró profundo y se puso de pie. Dio unos pasos para llegar a la silla de la ojos azules y estando en frente de ella, se hizo el cabello hacia atrás, pasando su mano por detrás del cuello.
—Amm Ariel...
Ella alzó la mirada y sonrió —Jim.
—Oye, me preguntaba si...¿Te gustaría...bailar conmigo?
Ari expandió los ojos sorprendida, con un cosquilleo apoderándose de su estómago —¿Ba-bailar?
—Sí, bailar. Tú y yo...Pista de baile...
—Pero... —bajó la cabeza, acariciando su cabello—, no sé hacerlo...
Él sonrió y le estiró la mano —Yo te enseño. Vamos, no es difícil.
Nuevamente la chica miró en dirección a Jim y luego giró su rostro para ver a Mulán.
—Ve. —le dijo ella con una sonrisa. La de cabello rojo asintió algo nerviosa y dándole la mano, se levantó.
Hawkins la condujo hacia la pista de baile de lo más ilusionado. Volteó para quedar en frente de ella. Sonrió y colocó una de sus manos en la cintura de Ariel. En la otra mano, ya tenía sujetada la mano de la chica.
—Ahora tienes que poner tu mano sobre mi hombro. —sonrió con dulzura.
—Oh, cla-claro...—lo hizo con sus mejillas adaptando un cierto color rojo.
—Bien, ahora...Mueve los pies hacia un lado, primero uno y luego el otro. —Ariel asintió e hizo lo que le dijo, sin quitar la mirada de sus pies—. ¡Bien, bien! Sigue haciéndolo y sólo...déjate llevar por la música.
Ella, aun mirando a sus pies, trataba poco a poco de relajarse e ir al ritmo de la canción; pero también estaba atenta para no pisar a Jim. Eso sería muy vergonzoso.
Ariel estaba terminando de arreglarse frente al espejo.
—¿Cómo crees que deba llevar el cabello? ¿Suelto o recogido? ¿O medio recogido? —le dijo la pelirroja preocupada a Jane, mientras jugaba con su pelo frente al espejo.
Porter rió, mientras se posaba detrás de ella, acomodándole su melena roja —Relájate, te divertirás mucho.
—Ya lo sé, ya lo sé pero... ¡Estoy muy nerviosa! ¿Qué pasa si llego muy tarde? ¿O si llego muy temprano? ¿Qué pasa si no sé qué hacer? ¿Y si mi atuendo es demasiado formal? ¿O demasiado informal? —la chica parecía que se iba a hiperventilar. Dejó ir sus manos a su cara con frustración—, Creo que no es buena idea de que vaya...
Jane frunció el ceño y se posó de cuclillas en frente de la chica —Ariel, todo estará bien. No te estreses. Verás lo genial que la pasarás, es sólo una fiesta, no te preocupes tanto, ¿sí? Y por lo de tu traje...Hey, créeme que te ves hermosa.
Ariel aún con las manos en su rostro, logró pronunciar —¿En serio?
—No, es broma... ¡Claro que sí! Quítate las manos de la cara y déjame maquillarte un poco.
—Bien...—bajó sus manos delicadamente, dejando al descubierto sus hermosos ojos azules con un brillo que transmitía nervios pero al mismo tiempo emoción porque pronto experimentaría algo que jamás había vivido.
Jane comenzó a maquillarla sutilmente, nada pretencioso, apenas un retoque para resaltar lo bello que era su rostro. Un poco de sombras, un poco de polvos, un poco de rímel y brillo labia, y...¡Listo! Una Ariel completamente diferente iba a pisar la casa de Megara.
La castaña sonrió, mientras se apartaba para que la chica pudiera verse en el espejo —Mírate.
Ariel se levantó y se admiró de arriba hacia abajo. Estaba atónita, nunca se había vestido de esa forma, no pensaba que se vería así jamás. Sus ojos se expandieron con tal asombro que casi la hace llorar; sus labios se abrieron lentamente, tratando de articular algo que expresara lo sorprendida que estaba.
—W-Wow... Me veo tan...
—Preciosísima —sonrió una vez más.
—Gracias, Jane. —le devolvió la sonrisa, mientras se daba vuelta para abrazarla.
—Serás la más linda de la fiesta, oh sí —afirmó con una media sonrisa—. Ahora —terminó el abrazo, borrando su sonrisa, mostrándose decidida—. Tengo que darte unas advertencias sobre la fiesta....
—¿Qué clase de advertencias? —su mirada se intensificó con un aire preocupado y tenso.
—Ok, veamos... No aceptes alcohol ni cigarrillos ni nada por el estilo, ¿sí? Tampoco aceptes que alguien más te dé cualquier refresco. Nunca sabes qué le pueden echar, ¿ok?
—Jane... —empezó con una sonrisa.
—¡Nada de actos ilegales! ¡Eres muy joven para ir a prisión!
—Claramente lo soy, pero Jane...
—¡Y no quiero que te dejes llevar por muchachos! ¡Sé fuerte a las seducciones! ¡No quiero panzas a estas alturas de tu juventud!
—¡JANE! ¡Por Dios, no haré nada de eso! ¿Cómo se te ocurre? ¿Has perdido la cabeza?
—...Está bien, tranquila. A veces eres tan dramática, Ariel.
La pelirroja miró a Jane con ojos de "¿Es en serio?" pero al final se rió.
—Bueno, ya que papá está cenando con unos ejecutivos, le diré a Grimsby que me lleve.
—Perfecto. Llámalo también cuando quieras que pasen por ti, pero recuerda que a más tardar debes estar aquí a las 10:30 o tu padre se pondrá como un ogro.
—Entendido. —sonrió y se despidió de Porter con un abrazo. Se vio una última vez en el espejo, tomó el regalo y se fue.
Mientras tanto en la habitación de Megara...
—Todo será increíble, se los juro, chicas. —dijo la cumpleañera, mientras se admiraba en el espejo.
—¡Claro que sí! —exclamó Aurora.
—¡Meg, tu vestido es realmente súper fab! —chilló Jasmine con una sonrisa.
—Lo sé. —sonrió—. ¡Bueno! ¿Ustedes qué siguen haciendo aquí? ¡Tengo que terminar de alistarme para mi gran aparición! ¡Vayan abajo y díganles a los invitados que pronto iniciará la fiesta!
—¡Sí, señora! —Aurora hizo un ademán con la mano como el que hacen los soldados, aceptando una orden. Seguido de eso, salió de allí.
Jasmine estaba a punto de salir del cuarto, cuando Megara la detuvo con:
—¡Jas! ¿Cabeza de tomate ya llegó?
Ella volteó y se encogió de hombros —No lo sé, me parece que no. —. Y sin decir más, se fue junto con Aurora.
Meg se giró nuevamente hacia el espejo y pensó "La que te espera, Ariel..."
No quiero sonar como su secuaz malvada pero...De verdad le espera algo muy malo. Pero, ¡hey! ¡Ánimo! No todo va a ser malo para nuestra protagonista; de hecho, habrá un momento en que la pasará de lo mejor, gracias a la compañía. ¿Se dan una idea de quién?
Alguien de un sedoso cabello...
Impresionantes ojos claros...
Una sonrisa para morirse...
Sí, ya adivinaron.
—¡Jim! —gritó Malina, mientras corría a abrazarlo.
—Hola, Mali —sonrió él, separándose del abrazo.
Segundos después, llegó Kuzco. Todos ellos ya estaban en la fiesta de Megara que dentro de poco empezaría.
Era un lugar inmenso, de los cuartos más grandes de la mansión. Habían muchas mesas y sillas decoradas de forma muy elegante, distribuidas estratégicamente ya que eran muchos invitados; con centros de mesas muy elaborados con globos y demás. En el centro estaba una pista de baile bastante amplia, de esas que tienen luces de colores. Habían cintas moradas, globos, enormes carteles de fotografías de Megara haciendo distintas poses, una bola de espejos, un gran DJ, un gigante buffet con toda la comida que se puedan imaginar. Pero no era solo eso, al fondo del salón habían unas gigantescas puertas de cristal que daban al increíble jardín con una piscina de un tamaño bastante considerable. Era un lugar de en sueño.
Los chicos buscaron una mesa, se sentaron y así conversaban, como los demás invitados.
—¿Por qué no ha llegado...? —inició Malina.
—¿Ariel? No sé... ¿Crees que se perdió o no sepa la dirección? —volteó a verla preocupado.
Malina tomó aire, tragó duro y a regañadientes contestó: —Yo me refería a Hércules, Jim. ¡No de Ariel! ¡Hércules!
—Oh... —carraspeó—. Ya sabes como es él...Le gusta venir tarde. —apartó la mirada.
Mientras Malina trataba de controlar su ataque de celos, Kuzco sólo reía de la cara de su hermana.
—¡Chicos! —apareció Hércules con una gran sonrisa. Jim se levantó sonriente y saludó a su mejor amigo y así lo hicieron los demás—. ¿Ariel vendrá? —preguntó, seguidamente de sentarse a la par de Jim.
—Ahorita debe venir con Mulán —respondió Kuzco—, habían quedado en que Ariel pasaría por ella y vendrían juntas.
Herc asintió y se dispuso a hablar con el resto.
Algunos minutos después...
Jasmine y Aurora llegaron al salón con sus bellos vestidos —cabe recalcar que Megara tuvo que escoger el color para que combinara con su vestido y claramente que no fuera el mismo estilo para que ella pudiera resaltar—y anunciaron a todos que Megara estaba a punto de hacer su gran aparición.
Segundos después de ese aviso, llegaron por fin Ariel y Mulán. Los regalos ya lo habían dejado en la entrada del salón con los demás.
Malina alzó la mirada y notó que las chicas se dirigían a su mesa. Suspiró de mala gana y rodó los ojos —Parece que ya llegaron...
Hawkins, Herc y Kuzco las buscaron con la mirada y al ver a Ariel (Mulán, te amamos) simplemente quedaron boquiabiertos.
—Wow...—pronunció Jim, sin quitarle la mirada un segundo. Sus ojos estaban viendo casi a un ángel.
—Wow...—siguió Hércules casi con la saliva chorreando.
—Wow...—mencionó Kuzco, mirando también a la chica— ¡Qué increíbles zapatos anda Ari! ¡Wow! ¡Totalmente chics!
Las recién llegadas se acercaron a la mesa, y todos se saludaron. Ambas se sentaron a la par y se unieron a la conversación.
Jim no dejaba de ver a la de ojos zafiro. ¿Realmente era ella? Era impresionante la belleza que tenía él ante sus ojos. Todo en ella era deslumbrante. Él sabía que Ariel era hermosa, lo creía; pero ésta vez era espectacular. La forma en como sus pestañas caían delicadamente sobre sus ojos, dejaba al alcance apreciar lo bien que se veían sus parpados de color morado. Cada vez que movía sus labios para hablar, le permitía a Jim ver que el brillo labial rosado sobre éstos era simplemente irresistible. Cuando sonría, su blanca sonrisa era algo de apreciar detalladamente; dientes perfectos, perfectamente impecables. Sus mejillas y ese suave toque rosado en ellas le daba apariencia tierna y bonita. Su rostro lucía tan perfilado y fino; tan fino que asemejaba porcelana como si fuera una muñeca. Sin embargo, Hawkins no sólo pensaba que se veía linda o no, no...Seamos honestos, es un hombre y claramente no sólo se fijó en su rostro... El vestido hacía gran trabajo en la figura de Ariel. Tenía las curvas donde tenían que estar y créanme que ese vestido, las resaltaba de una forma muy... ¿Cómo decirlo? ... Sexy, ardiente, sensual...Ok, ok. Entendieron la idea... Como decía, el cuerpo de la pelirroja calzaba perfectamente en el atuendo. Pero, la parte que más le llamó la atención a nuestro querido chico fue la parte de los hombros. ¿Por qué? ¡Porque estaban descubiertos! Sus hombros andaban al aire libre de una forma clásica y atractiva. ¿Saben lo irresistible que es eso para un hombre? ...¡Mucho! De verdad. Pregúntele a cualquier chico y les dirá lo tentador que es, no miento.
Básicamente así pensaba Jim, que era la mujer más bella que había visto jamás.
Pero recordemos de quién era la fiesta... Sí, de Megara. Las luces se apagaron de un momento a otro y solamente un reflector apuntó hacia la puerta de la entrada. Todos miraron en la misma dirección y notaron que humo comenzó a salir y de él salió la figura de la cumpleañera a lo cual, todos los invitados aplaudieron y gritaron emocionados.
—¡Y aquí llegó a quien estaban esperando! —gritó ella, adentrándose más en el salón. Más aplausos se escucharon a lo que ella sonrió con orgullo —. ¡Hoy es el mejor día del año! ¡Mi cumpleaños! —confeti salió disparado, provocando que todos gritaran alegres—. ¡Les aseguro que esta fiesta será la mejor de todas! Será un día para recordar... —buscó con la mirada entre todas las personas y cuando por fin detectó a "cabeza de tomate" sonrió maliciosamente—. Habrán muchas sorpresas... Ahora... ¡A divertirse! —la música sonaba fuertemente y luces de colores relucían por todo el salón y así las personas dieron inicio con la verdadera fiesta y se levantaban a bailar. Otros preferían quedarse sentados y hablar con los demás; algunos preferían irse al jardín y admirar la piscina y los más alocados —en éstos está incluido Hércules—, iban directo al bar que yacía en una esquina a tomar. Sí bueno, Herc andaba en esas de disfrutar con el alcohol; a Jim realmente no le agradaba que su amigo se obsesionara tanto en las fiestas con la bebida, pero no podía hacer nada, él era muy cabeza dura. Por otra parte Kuzco inmediatamente se fue a bailar y llamar la atención de todos con su despampanante traje (ese chico amaba las lentejuelas). Ariel, Mulán, Jim y Malina seguían en la mesa, charlando entre sí.
En determinado punto de la fiesta, Megara junto con su grupo de amigos, llegó hacia la mesa donde estaba la pelijorra y con una de sus sonrisas especiales (hipócritas) dijo:
—¡Oh, Ariel! ¡Cuánto me alegra que estés aquí! Gracias por venir, la pasarás genial, lo aseguro.
—No me cabe duda —sonrió—, todo está increíble. ¡Y tú te ves tan linda!
—Lo sé...¡Quiero decir! ¡Gracias! Tú no estás nada mal. —le guiñó un ojo—. Bien, creo que iré a bailar un rato.
—Anda.
Meg dio media vuelta, junto con su grupillo. Mulán los vio alejarse y se acercó a Ariel con un rostro disgustada —¿El vestido de Megara era para su fiesta de cumpleaños o para ir a hacer presentación en la mansión de Playboy?
Ariel no lo pudo evitar y se echó unas buenas y sonoras carcajadas: —¡Mulán!
—Hablo en serio... —la miró seriamente, pero al ver que Ariel estaba casi reventándose de la risa, no lo resistió y se unió a ella. Ambas siguieron riéndose por un rato.
La verdad es que ellas cada vez se hacían más unidas.
La fiesta siguió transcurriendo de maravilla, todos se divertían. Incluso, alrededor de las 8 de la noche, llegó un espectáculo de acróbatas, malabaristas, magos, bailarines y demás a la fiesta. Había sido un show fantástico y todos verdaderamente lo disfrutaron. La noche era todo un éxito. Ariel estaba fascinada con todo, el ambiente, las personas, la decoración, la comida, la música... Lastima que no podía bailar porque nunca lo había hecho; le gustaba ver a los demás hacerlo porque se veían muy divertidos.
Ojalá ella pudiera...
—Ya vuelvo. Iré al baño. —comentó Malina. Al irse, sólo quedaban tres en la mesa; Ariel, Jim y Mulán. Hasta que...
—¡Muy bien, escuchen todos! —dijo el DJ por el micrófono, parando la música electrónica de hace un segundos—. ¡Es tiempo de ponernos un poco lentos y sacar a su pareja a bailar! —dicho esto, puso la canción "Thousand Years" de Chrstina Perri y así los hombres sacaban a sus chicas a bailar. Las luces se tornaron suaves y tranquilas para crear un ambiente romántico.
Jim tomó sus manos, jugando con sus dedos y levantó levemente la mirada para observar a la pelirroja. "¿Y si la invito a bailar?" pensó, dubitativo. "¿Pero y si no quiere? Bueno... ¿qué pierdo con intentarlo, no?...O tal vez no deba decirle, se ve muy a gusto hablando con Mulán y... ¡Ok, Jim Hawkins! Puedes hacerlo, si quieres conquistarla tienes que empezar por algo ¿Por qué te pones tan nervioso?" seguía jugando con sus dedos, hasta que...respiró profundo y se puso de pie. Dio unos pasos para llegar a la silla de la ojos azules y estando en frente de ella, se hizo el cabello hacia atrás, pasando su mano por detrás del cuello.
—Amm Ariel...
Ella alzó la mirada y sonrió —Jim.
—Oye, me preguntaba si...¿Te gustaría...bailar conmigo?
Ari expandió los ojos sorprendida, con un cosquilleo apoderándose de su estómago —¿Ba-bailar?
—Sí, bailar. Tú y yo...Pista de baile...
—Pero... —bajó la cabeza, acariciando su cabello—, no sé hacerlo...
Él sonrió y le estiró la mano —Yo te enseño. Vamos, no es difícil.
Nuevamente la chica miró en dirección a Jim y luego giró su rostro para ver a Mulán.
—Ve. —le dijo ella con una sonrisa. La de cabello rojo asintió algo nerviosa y dándole la mano, se levantó.
Hawkins la condujo hacia la pista de baile de lo más ilusionado. Volteó para quedar en frente de ella. Sonrió y colocó una de sus manos en la cintura de Ariel. En la otra mano, ya tenía sujetada la mano de la chica.
—Ahora tienes que poner tu mano sobre mi hombro. —sonrió con dulzura.
—Oh, cla-claro...—lo hizo con sus mejillas adaptando un cierto color rojo.
—Bien, ahora...Mueve los pies hacia un lado, primero uno y luego el otro. —Ariel asintió e hizo lo que le dijo, sin quitar la mirada de sus pies—. ¡Bien, bien! Sigue haciéndolo y sólo...déjate llevar por la música.
Ella, aun mirando a sus pies, trataba poco a poco de relajarse e ir al ritmo de la canción; pero también estaba atenta para no pisar a Jim. Eso sería muy vergonzoso.
—¡E-Estoy bailando! ¡De verdad estoy bailando! —expresó con una alegría que se manifestaba en su hermosa y amplia sonrisa, además del brillo de sus ojos, reflejando orgullo y emoción. Aunque fuera sólo mover los pies al ritmo de la música, era algo nuevo que estaba experimentando.
Jim al verla tan feliz, sólo pudo reír. Luego tuvo una idea y sonrió.
—¿Sabes? ... Deberíamos acercarnos más... —la miró ligeramente manteniendo la sonrisa, que podría decirse algo picara—, es que...es para hacerlo más fácil para ambos, ¿entiendes? El baile podrá ser más fluido y... —vio los ojos sorprendidos de Ariel y quitó la mirada, carraspeando—. Olvídalo... Es sólo...
—De acuerdo. —sonrió, bajando la cabeza para ocultar su ligero enrojecimiento—. Todo sea por...el baile. —rió, encogiéndose algo nerviosa.
Hawkins la observó con asombro, con la boca levemente abierta, mientras pensaba: "Wow, eso fue más fácil de lo que pensé." Recobrando la sonrisa con un toque de picardía, la acercó hacia él, atrayéndola con sus brazos. Fijó sus ojos en los de ella que poco a poco se conectaban en una profunda mirada.
Ella miró directamente en las esmeraldas azuladas de Jim con tal sentimiento que ni ella misma estaba segura de qué era. De lo que estaba segura era que se sentía feliz en ese momento. Ese momento tan sencillo pero mágico a la vez como si fueran ellos, los únicos en la pista se baile, guiándose por la melodía de la balada.
—¿Lo ves? No era tan difícil aprender a bailar. —le dijo sonriente.
Jim al verla tan feliz, sólo pudo reír. Luego tuvo una idea y sonrió.
—¿Sabes? ... Deberíamos acercarnos más... —la miró ligeramente manteniendo la sonrisa, que podría decirse algo picara—, es que...es para hacerlo más fácil para ambos, ¿entiendes? El baile podrá ser más fluido y... —vio los ojos sorprendidos de Ariel y quitó la mirada, carraspeando—. Olvídalo... Es sólo...
—De acuerdo. —sonrió, bajando la cabeza para ocultar su ligero enrojecimiento—. Todo sea por...el baile. —rió, encogiéndose algo nerviosa.
Hawkins la observó con asombro, con la boca levemente abierta, mientras pensaba: "Wow, eso fue más fácil de lo que pensé." Recobrando la sonrisa con un toque de picardía, la acercó hacia él, atrayéndola con sus brazos. Fijó sus ojos en los de ella que poco a poco se conectaban en una profunda mirada.
Ella miró directamente en las esmeraldas azuladas de Jim con tal sentimiento que ni ella misma estaba segura de qué era. De lo que estaba segura era que se sentía feliz en ese momento. Ese momento tan sencillo pero mágico a la vez como si fueran ellos, los únicos en la pista se baile, guiándose por la melodía de la balada.
—¿Lo ves? No era tan difícil aprender a bailar. —le dijo sonriente.
—Bueno, con un gran profesor como tú, no sería difícil. —le devolvió la sonrisa.
—No soy tan bueno. En cambio tú...
—¿Yo?
—Con las matemáticas. Hiciste prácticamente un milagro conmigo al hacer que pasara ese examen.
—Yo sólo te enseñé un modo más sencillo de hacerlo, pero todo el esfuerzo y dedicación...fuiste tú.
Él rió y vio hacia abajo. Alzó de nuevo la cabeza para verla con ternura. —Gracias. De verdad que ese examen dependía sí me graduaba éste año o no, me esforcé mucho.
Se movían por toda la pista de baile con clase y elegancia. Las demás parejas los observaban algunos con envidia y otros admiraban lo bien que se desenvolvían bailando, pero sobretodo lo lindos que se veían juntos.
—Y te seguirás esforzando hasta el final, ¿cierto?
—Obvio. Más porque tú continuarás ayudándome.
Ariel levantó una ceja con media sonrisa. —¿Ah, sí? ¿Qué te hace creer que te volveré a ayudar?
Jim rió, sin poder dejar de ver la forma tan adorable en la que sonreía. Siempre que la veía sonreír con esa lucecita en sus potentes ojos azules recordaba el día en que la conoció, porque ese día fue cuando vio la sonrisa más hermosa del mundo.
—Tendré que obligarte... —le lanzó una mirada juguetona, mientras suspiraba.
—¿Y cómo piensas hacerlo? —hizo una mueca extrañada pero divertida a la vez.
—Bueno... —la acercó aún más. Analizó por completo su rostro; de verdad se veía hermosa. Primero vio sus ojos, esos zafiros que adoraba. Luego, su nariz y mejillas que se veían suaves y cálidas. Y por último...Sus labios...Rosados, carnosos y bellos. Los miró una y otra vez; eran perfectos. Tan perfectos que decidió acercársele aún más.
Ella se alarmó y todo un cosquilleo recorrió su cuerpo. "¿Q-Qué está ha-haciendo? ¿Por qué se está acercando a mí? ¿Tendré algo en la cara?" pensaba, mientras parpadeaba constantemente, tratando de averiguar qué quería hacer Jim.
Malina salió del baño y fue a su asiento, pero al notar que sólo estaba Mulán, le preguntó: —Oye, ¿y los otros dos?
—Están allá, bailando —los señaló con una sonrisa. Los admiró bailar un momento y luego siguió jugando con su celular (sí, ella no era una chica de fiestas...).
Malina giró su cabeza bruscamente, buscándolos; y al encontrarlos quedó boquiabierta. Sus ojos radiaban de ira y celos. "¿Cómo es posible?" se dijo en la mente.
"¿O acaso es que...?" continuaba Ariel en sus pensamientos.
"No, no, no...Están muy cerca... ¡No!" Malina se puso de pie en un dos por tres y caminó y caminó.
"¿Será que...?" la distancia entre ambos era mucho más corta que antes. Sus manos ahora se sujetaban más estrechamente y sus miradas no se habían desconectado. Ariel con luces que se manifestaban en el salón, la hacia verse con una apariencia tan inocente, tan tierna, tan angelical... Pero Jim no se quedaba atrás; sus ojos brillaban de forma sin igual, su cabello caía con gracia sobre su rostro, haciéndolo ver sedoso, suave y brillante que ella daría cualquier cosa por acariciarlo.
"No, ellos no se pueden..." apresuró el paso, esquivando a todas las personas de la pista de baile.
"¿Me va a besar? L-Lo va a hacer." suspiró, entrecerrando sus ojos, dejándose llevar por el momento. Sus frentes se habían tocado y ahora llegaba hasta sus narices. Una ligera sonrisa se les escapó a ambos al poder sentir la respiración del otro.
Estaban tan cerca...
A punto de...
Estaban tan cerca...
A punto de...
"¡No se pueden besar!" llegó hasta el DJ y le dijo algo al oído; éste asintió e hizo lo que la chica le pidió...
Cambió la canción, poniendo una movida, fuerte y para nada romántica...
Cambió la canción, poniendo una movida, fuerte y para nada romántica...
Por tan repentino cambio, tanto Jim como Ariel se asustaron y se separaron de golpe.
"Ufff...Eso estuvo cerca..." pensó Malina, suspirando aliviada.
Los dos tortolos se miraron algo aturdidos y Ari mencionó: —Vaya, eso fue un cambio bastante repentino, ¿no te parece? —sonrió un tanto nerviosa.
—Inoportuno diría yo... —metió las manos en sus bolsillos cabizbajo. Se sentía algo deprimido que hace unos segundos estaba a punto de besar a Ariel y ahora estaba lejos de él. Podría golpear a alguien de la cólera que tenía. Era el momento perfecto para besarla y decirle que le gustaba y mucho. Finalmente se sentía listo para confesarlo, ya que antes no lo quería admitir, pero ya no tenía sentido seguir negándolo. Sin embargo, no podía decírselo cualquier día, en cualquier momento. Él quería hacer las cosas bien porque ella lo merecía. Para Jim, Ariel merecía tantas cosas maravillosas. Era como si quisiera siempre hacerla feliz.
—Sí...Bueno, creo que iré a tomar un poco de aire. —miró hacia abajo con una pequeña sonrisa.
—De acuerdo, ve.
Ari miró una vez más a Jim y caminó hasta llegar al gran jardín con la asombrosa piscina; incluso habían personas con los pies dentro de ésta. Otros caminaban por ahí o simplemente conversaban.
—Eso fue tan...Wow... —cruzó los brazos, suspirando. Pero no fue un suspiro cualquiera, fue un suspiro cargado de sentimiento, emoción y...
—¡ARIEL, HOLA! —gritó Hércules, acercándose a la joven.
—Oh, hola Herc. ¿Cómo la estás pasando?
—¿Yo? ¡La estoy pasando de lo mejooorrr! —al hablar mostraba dificultad para mantenerse equilibrado. Se iba de un lado a otro, sus ojos estaban rojos y su voz sonaba algo atontada; la única explicación era que estaba...
—Estás borracho, Hércules.
—¿Borracho? ¿¡Yo!? ¿Qué dices? Si tomé muy poco...
—Se nota...
—Oye, no te había dicho lo hermosa que te ves hoy.
—Ah, vaya. Muchas gracias. —le dedicó una mirada amistosa.
—No me agradezcas, es la pura verdad. Es que de verdad te ves súper sexy.
—¿Ah...? ¿Se-Sexy? —se enrojeció un poco, mirando su vestido.
—¡Oh, sí! ¡Estás bien ardiente!
Inmediatamente su enrojecimiento despareció y lo encaró con la ceja levantada —¿Disculpa?
—Oh, sí. Tan ardiente que me dan ganas de...
Su rostro ahora se mostró preocupado y retrocedió un paso —¿Ganas de qué?
El chico pelirrojo se abalanzó sobre la ojos azules, tomando su brazo para acercarla y tratar de besarla descaradamente. Ella se espantó y reaccionó al instante; lo empujó con una cara disgustada.
—¡Hércules! ¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Estás demasiado borracho! ¡Háblame cuando estés sobrio! —le dio una última mirada asesina y salió lo más rápido que pudo de allí.
Herc quedó algo confuso por lo sucedido, pero a pesar de ello se fue por otra botella de licor.
Ariel apresurada y con su corazón latiendo a mil por hora, llegó a su mesa y se acercó a su amiga, diciéndole en voz baja: —Mulán, ¿me acompañarías al baño un momento?
La china alzó la vista para ver a la chica —¿Ahora? Estoy comiendo... —respondió con los cachetes rellenos de comida. Parecía una ardilla con sus bellotas.
—¡Por fiiii! —la tomó del brazo y se lo movió y movió con un puchero—. ¡Por favor! Necesito contarte algo...
—Ay, bueno, bueno...—tragó la comida y le dio un sorbo a su refresco. Se puso de pie y se fue con Ariel al baño.
Una vez allí, la pelirroja tomó aire y respiró profundo.
—Tengo que decirte dos cosas, en realidad...
—Bien, te escucho.
—Ok, esto sonará raro pero Hércules trató de besarme.
—¿En serio?
—Sí, ¿no es extraño?
—Ariel, el tipo está obsesionado contigo. He visto cómo te observa...Siempre está a punto de que se le caiga la baba. Su mirada es muy...
—¿Intensa?
—Pervertida.
—Sí...Eso creo, pero... ¡Él es sólo un amigo! No quiero que se haga ilusiones.
—Tal vez ahorita se le pase.
—Tal vez...Además, estaba muy ebrio, no estaba consciente de lo que hacía.
—Puede ser...
—Sí...
—Bueno, ¿y la otra cosa que me dirías?
—¡Oh, sí! ¡Mulán no lo vas a creer, pero...! ¡Jim y yo casi nos besamos! —lo dijo tan rápido que a penas se logró entender.
Mulán sonrió y agarró las manos de Ariel.
—¡Eso es genial! Los vi bailar por un instante y se veían muy tiernos.
—¡Lo sé! Todo fue tan, tan...¡Es que él es tan...! ¡Y también tan...! ¡Y además es tan...!
—Es muy...¿tan? Interesante.
—No sé cómo decirlo, es que...Es muy lindo y simpático y sus ojos te hipnotizan.
—Y ahora sí admitirás que estás loca por él, ¿no?
—...No es así...Sólo...Me gusta sólo un poquito.
—¿¡UN POQUITO!? —soltó una carcajada—. ¡Es como decir que Megara es mi alma gemela y que su vestido es decente!
Su amiga rió con ella por un largo rato. Cuando lograron calmarse, Mulán la observó seria y comentó: —Hablo en serio. Te tiene con la cabeza en Marte.
Ariel sonrió con la mirada gacha.
Justo en ese momento, Meg entró al baño y al ver a Ariel suspiró con una leve sonrisa.
—¡Oh, Ariel! ¡Al fin te encuentro!
—¿M-Me estabas buscando? —preguntó sorprendida y algo extrañada.
—¡Sí!
—¿En serio?
—¿En serio? —replicó Mulán con la ceja levantada.
—¡En serio! Es que verás, linda... —se acercó a ella lo que le provocó más sorpresa—, ya es hora de partir mi pastel y bueno, alguien tiene que decir unas palabras, o sea, el brindis y...bueno, mis padres no están hoy—, miró al piso con algo de melancolía pero a los segundos reaccionó y sacudió ligeramente la cabeza, volviendo a ver directo a los ojos de la pelirroja—. En fin, ellos no están y alguien tiene que hablar y resulta que mis amigos son algo...tímidos.
—¿Y quieres que yo hable?
—¡Exacto! Sólo será decir un par de cosas de lo que piensas de mí...
—Oh, yo podría hacerlo... —murmuró Mulán, cruzando los brazos. Ariel volteó a verla algo indignada y luego se dirigió a Meg de nuevo.
—No creo que yo sea la indicada para hablar, Meg... Es decir, casi no conozco a nadie.
—¿Y qué mejor forma de hacerte conocer? Piénsalo, yo te doy el honor de que hables en mi fiesta la más popular de todo el colegio. Todos sabrán tu nombre de ahora en adelante.
—Ammmm no lo sé... Nunca he hablado en público y tampoco quiero sobresalir mucho...
—Vamos, Ari. ¡Es mi cumpleaños! Hazlo por mí, ¿sí?
—Mmmm...—quedó pensativa por un momento pero al ver el rostro deseoso de la cumpleañera no le quedó de otra que aceptar—. Bueno, está bien, lo haré.
—¡Oh, Ariel! ¡Eres sensacional! Pero vamos, vamos —la tomó del brazo y la condujo fuera del baño—. ¡No hay tiempo que esperar! —la sacó de allí lo más rápido que pudo, dejando a Mulán atrás.
—Qué buenas cosas diría yo de ésta engreída... —suspiró y las siguió al salón.
Megara llegó con Ariel a la mesa en donde estaba el enorme y elaborado pastel y tomó el micrófono.
—¡Escuchen todos! ¡Es hora del pastel! —todos aplaudieron y gritaron felices—. Pero antes, una persona muy especial quiere decir unas palabras —dirigió su mirada a la ojos azules y la señaló con la mano—, ¡Ariel Tritón! La chica nueva del colegio. Sé que muchos de ustedes no la conocen, pero ahora es tiempo de que lo hagan y que la recuerden por ésta fiesta. Y además, ella misma se ofreció a hacer éste brindis, así que... ¿Cómo negarlo?
Ariel al oír "ella misma se ofreció" frunció el ceño, confundida. No obstante, trato de no darle importancia. Al fin y al cabo era el cumpleaños de Megara; había que complacerla.
—Ahora... Todos presentemos atención a lo que nos dirá. —le entregó el micrófono con una sonrisa, mientras los invitados aplaudían y ponían atención.
Aurora llegó con dos copas en mano y una se la dio a Meg y la otra a Ariel. Jasmine que estaba sosteniendo su copa junto con la de Aurora, se la entregó. Todas las personas agarraron sus copas y se prepararon para las palabras de la nueva.
—Ammmm —empezó ella, notando como todas las personas la observaban—, bu-bueno... Yo emmm... —su corazón iba palpitando más rápido de lo normal, mientras que los nervios se apoderaban de ella y trataba de respirar constantemente para no hiperventilarse. Jim también la miraba con una sonrisa y ella al notarlo sonrió con un poco más de confianza; la suficiente para continuar hablando—. Bueno, como dijo Megara, soy Ariel y pues, ésta es mi primera fiesta y sinceramente la estoy pasando de lo mejor. Todo es increíble, creo que mejor fiesta no puede haber. Es digna de la gran persona que es Meg que aunque la haya conocido hace poco me parece muy linda y se merece esto y más. ¡Feliz cumpleaños, Meg!
Todos aplaudieron conmovidos. La cumpleañera incluso se sorprendió por lo anterior dicho, pero no permitiría que eso arruinara su pequeña sorpresa y con una sonrisa, alzó la copa y así todos lo hicieron.
—¡Salud! —exclamó Jasmine y todos bebieron de su copa.
Ariel probó la champagne pero después de saborearlo bien le dejó cierto asco y malestar en la garganta.
—Ammm...Meg, ¿qué es esto? —preguntó, acercándosele.
—Sólo es champagne, ¿por qué? —intensificó su mirada con un leve brillo en los ojos.
—Es que... —tosió un poco, tocando su garganta—, siento como si mi garganta se estuviera quemando y...
—¡Oh, eso es normal, querida! El primer sorbo es así, sigue tomando, sigue. Se te quitará, sigue, sigue. —con la mano, le llevó la copa a su boca e hizo que siguiera tomando.
Ariel casi se atraganta, pero siguió tomando hasta no dejar ni una gota de liquido.
Meg sonrió un tanto de forma maniaca y le dijo: —¿Y bien?
—Amm, creo que ya se... —antes de que pudiera terminar, un ácido recorrió desde su boca hasta el estómago, provocándole un dolor tan fuerte que le agarraron unas nauseas increíbles. Se llevó la mano a la boca, tratando de contenerse y respirar despacio pero era inútil, ya podía sentir cómo venía el vómito.
Megara sonrió con malicia al ver cómo todo iba saliendo cómo ella lo había planeado.
La pelirroja ya no podía aguantar más, sabia que iba a vomitar en cualquier momento. Respiró y respiró, su palpitación se hacia agitada y comenzaba a sudar.
En vista de que no pudo resistir más, salió corriendo, soltando la copa, provocando que se quebrara; ni siquiera sabía a qué dirección había tomado, estaba demasiado aturdida. Pasó por la pista de baile, llamando la atención de todos en las mesas. La siguieron con la mirada y hasta algunos se levantaron para averiguar porqué corría. La chica se dio cuenta de que había llegado al jardín y se tiró al borde de la piscina y se puso a vomitar.
Todos los presentes salieron y al ver tal escena de una mujer vomitando en plena piscina se echaron a reír sin parar. Sacaron sus celulares y cámaras para tomar fotos y vídeos de lo sucedido. Las personas no podían parar de reír, algunos incluso lloraban de la risa.
Jim, Mulán y los demás salieron disparados de sus asientos para ver qué le había ocurrido a su amiga, pero eran tantas las personas que habían que no los dejaban pasar o siquiera ver.
Hawkins estaba muy preocupado por Ariel; había salido corriendo de repente y ahora todos los invitados se carcajeaban sin cesar tomando fotos y vídeos de lo que pasaba.
Se decidió a pasar por esa multitud. Empujaba y quitaba gente para que le dieran paso. Era demasiado...Pero tenía que pasar...
Tenía que llegar a Ariel.
—De acuerdo, ve.
Ari miró una vez más a Jim y caminó hasta llegar al gran jardín con la asombrosa piscina; incluso habían personas con los pies dentro de ésta. Otros caminaban por ahí o simplemente conversaban.
—Eso fue tan...Wow... —cruzó los brazos, suspirando. Pero no fue un suspiro cualquiera, fue un suspiro cargado de sentimiento, emoción y...
—¡ARIEL, HOLA! —gritó Hércules, acercándose a la joven.
—Oh, hola Herc. ¿Cómo la estás pasando?
—¿Yo? ¡La estoy pasando de lo mejooorrr! —al hablar mostraba dificultad para mantenerse equilibrado. Se iba de un lado a otro, sus ojos estaban rojos y su voz sonaba algo atontada; la única explicación era que estaba...
—Estás borracho, Hércules.
—¿Borracho? ¿¡Yo!? ¿Qué dices? Si tomé muy poco...
—Se nota...
—Oye, no te había dicho lo hermosa que te ves hoy.
—Ah, vaya. Muchas gracias. —le dedicó una mirada amistosa.
—No me agradezcas, es la pura verdad. Es que de verdad te ves súper sexy.
—¿Ah...? ¿Se-Sexy? —se enrojeció un poco, mirando su vestido.
—¡Oh, sí! ¡Estás bien ardiente!
Inmediatamente su enrojecimiento despareció y lo encaró con la ceja levantada —¿Disculpa?
—Oh, sí. Tan ardiente que me dan ganas de...
Su rostro ahora se mostró preocupado y retrocedió un paso —¿Ganas de qué?
El chico pelirrojo se abalanzó sobre la ojos azules, tomando su brazo para acercarla y tratar de besarla descaradamente. Ella se espantó y reaccionó al instante; lo empujó con una cara disgustada.
—¡Hércules! ¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Estás demasiado borracho! ¡Háblame cuando estés sobrio! —le dio una última mirada asesina y salió lo más rápido que pudo de allí.
Herc quedó algo confuso por lo sucedido, pero a pesar de ello se fue por otra botella de licor.
Ariel apresurada y con su corazón latiendo a mil por hora, llegó a su mesa y se acercó a su amiga, diciéndole en voz baja: —Mulán, ¿me acompañarías al baño un momento?
La china alzó la vista para ver a la chica —¿Ahora? Estoy comiendo... —respondió con los cachetes rellenos de comida. Parecía una ardilla con sus bellotas.
—¡Por fiiii! —la tomó del brazo y se lo movió y movió con un puchero—. ¡Por favor! Necesito contarte algo...
—Ay, bueno, bueno...—tragó la comida y le dio un sorbo a su refresco. Se puso de pie y se fue con Ariel al baño.
Una vez allí, la pelirroja tomó aire y respiró profundo.
—Tengo que decirte dos cosas, en realidad...
—Bien, te escucho.
—Ok, esto sonará raro pero Hércules trató de besarme.
—¿En serio?
—Sí, ¿no es extraño?
—Ariel, el tipo está obsesionado contigo. He visto cómo te observa...Siempre está a punto de que se le caiga la baba. Su mirada es muy...
—¿Intensa?
—Pervertida.
—Sí...Eso creo, pero... ¡Él es sólo un amigo! No quiero que se haga ilusiones.
—Tal vez ahorita se le pase.
—Tal vez...Además, estaba muy ebrio, no estaba consciente de lo que hacía.
—Puede ser...
—Sí...
—Bueno, ¿y la otra cosa que me dirías?
—¡Oh, sí! ¡Mulán no lo vas a creer, pero...! ¡Jim y yo casi nos besamos! —lo dijo tan rápido que a penas se logró entender.
Mulán sonrió y agarró las manos de Ariel.
—¡Eso es genial! Los vi bailar por un instante y se veían muy tiernos.
—¡Lo sé! Todo fue tan, tan...¡Es que él es tan...! ¡Y también tan...! ¡Y además es tan...!
—Es muy...¿tan? Interesante.
—No sé cómo decirlo, es que...Es muy lindo y simpático y sus ojos te hipnotizan.
—Y ahora sí admitirás que estás loca por él, ¿no?
—...No es así...Sólo...Me gusta sólo un poquito.
—¿¡UN POQUITO!? —soltó una carcajada—. ¡Es como decir que Megara es mi alma gemela y que su vestido es decente!
Su amiga rió con ella por un largo rato. Cuando lograron calmarse, Mulán la observó seria y comentó: —Hablo en serio. Te tiene con la cabeza en Marte.
Ariel sonrió con la mirada gacha.
Justo en ese momento, Meg entró al baño y al ver a Ariel suspiró con una leve sonrisa.
—¡Oh, Ariel! ¡Al fin te encuentro!
—¿M-Me estabas buscando? —preguntó sorprendida y algo extrañada.
—¡Sí!
—¿En serio?
—¿En serio? —replicó Mulán con la ceja levantada.
—¡En serio! Es que verás, linda... —se acercó a ella lo que le provocó más sorpresa—, ya es hora de partir mi pastel y bueno, alguien tiene que decir unas palabras, o sea, el brindis y...bueno, mis padres no están hoy—, miró al piso con algo de melancolía pero a los segundos reaccionó y sacudió ligeramente la cabeza, volviendo a ver directo a los ojos de la pelirroja—. En fin, ellos no están y alguien tiene que hablar y resulta que mis amigos son algo...tímidos.
—¿Y quieres que yo hable?
—¡Exacto! Sólo será decir un par de cosas de lo que piensas de mí...
—Oh, yo podría hacerlo... —murmuró Mulán, cruzando los brazos. Ariel volteó a verla algo indignada y luego se dirigió a Meg de nuevo.
—No creo que yo sea la indicada para hablar, Meg... Es decir, casi no conozco a nadie.
—¿Y qué mejor forma de hacerte conocer? Piénsalo, yo te doy el honor de que hables en mi fiesta la más popular de todo el colegio. Todos sabrán tu nombre de ahora en adelante.
—Ammmm no lo sé... Nunca he hablado en público y tampoco quiero sobresalir mucho...
—Vamos, Ari. ¡Es mi cumpleaños! Hazlo por mí, ¿sí?
—Mmmm...—quedó pensativa por un momento pero al ver el rostro deseoso de la cumpleañera no le quedó de otra que aceptar—. Bueno, está bien, lo haré.
—¡Oh, Ariel! ¡Eres sensacional! Pero vamos, vamos —la tomó del brazo y la condujo fuera del baño—. ¡No hay tiempo que esperar! —la sacó de allí lo más rápido que pudo, dejando a Mulán atrás.
—Qué buenas cosas diría yo de ésta engreída... —suspiró y las siguió al salón.
Megara llegó con Ariel a la mesa en donde estaba el enorme y elaborado pastel y tomó el micrófono.
—¡Escuchen todos! ¡Es hora del pastel! —todos aplaudieron y gritaron felices—. Pero antes, una persona muy especial quiere decir unas palabras —dirigió su mirada a la ojos azules y la señaló con la mano—, ¡Ariel Tritón! La chica nueva del colegio. Sé que muchos de ustedes no la conocen, pero ahora es tiempo de que lo hagan y que la recuerden por ésta fiesta. Y además, ella misma se ofreció a hacer éste brindis, así que... ¿Cómo negarlo?
Ariel al oír "ella misma se ofreció" frunció el ceño, confundida. No obstante, trato de no darle importancia. Al fin y al cabo era el cumpleaños de Megara; había que complacerla.
—Ahora... Todos presentemos atención a lo que nos dirá. —le entregó el micrófono con una sonrisa, mientras los invitados aplaudían y ponían atención.
Aurora llegó con dos copas en mano y una se la dio a Meg y la otra a Ariel. Jasmine que estaba sosteniendo su copa junto con la de Aurora, se la entregó. Todas las personas agarraron sus copas y se prepararon para las palabras de la nueva.
—Ammmm —empezó ella, notando como todas las personas la observaban—, bu-bueno... Yo emmm... —su corazón iba palpitando más rápido de lo normal, mientras que los nervios se apoderaban de ella y trataba de respirar constantemente para no hiperventilarse. Jim también la miraba con una sonrisa y ella al notarlo sonrió con un poco más de confianza; la suficiente para continuar hablando—. Bueno, como dijo Megara, soy Ariel y pues, ésta es mi primera fiesta y sinceramente la estoy pasando de lo mejor. Todo es increíble, creo que mejor fiesta no puede haber. Es digna de la gran persona que es Meg que aunque la haya conocido hace poco me parece muy linda y se merece esto y más. ¡Feliz cumpleaños, Meg!
Todos aplaudieron conmovidos. La cumpleañera incluso se sorprendió por lo anterior dicho, pero no permitiría que eso arruinara su pequeña sorpresa y con una sonrisa, alzó la copa y así todos lo hicieron.
—¡Salud! —exclamó Jasmine y todos bebieron de su copa.
Ariel probó la champagne pero después de saborearlo bien le dejó cierto asco y malestar en la garganta.
—Ammm...Meg, ¿qué es esto? —preguntó, acercándosele.
—Sólo es champagne, ¿por qué? —intensificó su mirada con un leve brillo en los ojos.
—Es que... —tosió un poco, tocando su garganta—, siento como si mi garganta se estuviera quemando y...
—¡Oh, eso es normal, querida! El primer sorbo es así, sigue tomando, sigue. Se te quitará, sigue, sigue. —con la mano, le llevó la copa a su boca e hizo que siguiera tomando.
Ariel casi se atraganta, pero siguió tomando hasta no dejar ni una gota de liquido.
Meg sonrió un tanto de forma maniaca y le dijo: —¿Y bien?
—Amm, creo que ya se... —antes de que pudiera terminar, un ácido recorrió desde su boca hasta el estómago, provocándole un dolor tan fuerte que le agarraron unas nauseas increíbles. Se llevó la mano a la boca, tratando de contenerse y respirar despacio pero era inútil, ya podía sentir cómo venía el vómito.
Megara sonrió con malicia al ver cómo todo iba saliendo cómo ella lo había planeado.
La pelirroja ya no podía aguantar más, sabia que iba a vomitar en cualquier momento. Respiró y respiró, su palpitación se hacia agitada y comenzaba a sudar.
En vista de que no pudo resistir más, salió corriendo, soltando la copa, provocando que se quebrara; ni siquiera sabía a qué dirección había tomado, estaba demasiado aturdida. Pasó por la pista de baile, llamando la atención de todos en las mesas. La siguieron con la mirada y hasta algunos se levantaron para averiguar porqué corría. La chica se dio cuenta de que había llegado al jardín y se tiró al borde de la piscina y se puso a vomitar.
Todos los presentes salieron y al ver tal escena de una mujer vomitando en plena piscina se echaron a reír sin parar. Sacaron sus celulares y cámaras para tomar fotos y vídeos de lo sucedido. Las personas no podían parar de reír, algunos incluso lloraban de la risa.
Jim, Mulán y los demás salieron disparados de sus asientos para ver qué le había ocurrido a su amiga, pero eran tantas las personas que habían que no los dejaban pasar o siquiera ver.
Hawkins estaba muy preocupado por Ariel; había salido corriendo de repente y ahora todos los invitados se carcajeaban sin cesar tomando fotos y vídeos de lo que pasaba.
Se decidió a pasar por esa multitud. Empujaba y quitaba gente para que le dieran paso. Era demasiado...Pero tenía que pasar...
Tenía que llegar a Ariel.
Hola Fabi, me da gusto que hayas subido nuevo capítulo, lo estaba esperando y gracias.
ResponderEliminarMe dejaste con el corazón a mil por hora, pero siento que la parte antes de que Ariel estuviera a punto de llegar a la fiesta, la hiciste muy predecible, casi casi nos decías "Algo mágico y bonito le hará Jim a Ariel".
Lo que me mató de amor no fue tanto en sí que Jim estuvo a punto de besar a Ariel, sino que decía en su interior que si podía invitarla a bailar, tuve un ataque de nervios como Jim.
Es que cada cosa que pones entre Jim y Ariel, hasta el más mínimo detalle lo naturalisas con un toque de amor, romance y pasión. Un simple guiño, beso, abrazo, sonrisa, etc. Si no me entendiste naturalizar significa exagerar las cosas como son. BIEN LOGRADO FABI!!!
Siento que me identifico más con Mulan en tu historia, pareciera que te hubieras inspirado en Amy jajaja xD al igual que ella no somos de fiestas jajaja xD También me gustó que le diste un poco más de importancia a Mulan, cosa que evitaste en este capítulo que en el anterior.
Mujer lo que le iba hacer Meg a Ariel me lo esperaba más cruel, bueno no es por se sadomasoquista, pero que vomitara no es lo peor y cruel en una fiesta, he visto chavos vomitándose, obviamente nos reímos él/ella, y esa persona se ríe con nosotros. A lo mejor Ariel es demasiado inocente y sensible que no puede aguantar una cosa tan simple pero a la vez cruel. ¿Me explico? es como llorarás porque te dijeron simplemente fea.
¿Qué me esperaba? Que le tirara lodo y la ensuciara. Jasmine y Aurora le aventaran jitomates y huevos, mientras Meg la sujetara y la vez le arrancara el vestido, tipo Quasimodo en el Jorobado de Notre Dame. Pero también es demasiado cruel como para que tú lo escribas y lo viva Ariel.
Sólo espero que Jim la salve.
Bueno me despido y gracias, espero el siguiente Fabi ;)
Bueno lo que dices que fue muy predecible es que... Esa era la idea xD... O sea, hice eso a propósito para que supieran que habría algo entre Jim y Ariel xD
EliminarAwwww muchísimas gracias :,3! Me alegra demasiado que te haya gustado esa parte y todo :3 Toda la parte de Jim y Ariel fue lo que más me gustó escribir :,D Adksndksksk gracias en serio :3
Sí :3 Mulán ahora empieza a agarrar más protagonismo jaja :3 Y seguirá saliendo más^^ Qué cosi que te identifiques con ella :3
Bueno esas bromas que dices, yo las pensé en algún momento pero es que son muy típicas xD
Y sí, Ariel es muy inocente, ella no está acostumbrada a ese tipo de cosas porque nunca fue a un colegio. Claramente todo es nuevo para ella.
Yo no me reiría sí me vomito en una fiesta O____o
Pero igual, eso es la primera parte del "plan de Meg", faltan muchas más cosas.
Claro que puedo escribir cosas malas xD Ariel es la que más va a sufrir en la historia en todos los aspectos xD
Gracias por comentar y me alegro que te haya gustado^^
XOXO y más XOXO
El capitulo me encanto, por supuesto que puse la cancion ... (ya que la tengo en la pc) y se siente mas la escena del baile ... T^T cada cosa que Jim hacia!!, por dios creo que mori de amor y renaci!! xD no puedo creer que estaba llorando, bueno soy una llorona!, pero fue algo tan...tan... tan (*u*).
ResponderEliminarY luego esta la malvada de Megara... no entiendo cual es la razon por la cual odia a Ariel -.- .. no creo que tenga una razón justificada para tanto odio... o envidia (o.o). Luego Ariel toda linda que es, y Megara aun asi no detuvo su malevolo plan... x/ me enoja!!!, "Animo Ariel! <3" .. pero algo que me dio risa es que los chicos estaban todos enbobados... miraban el rostro de Ariel.. pero no solo eso.. ..su figura tambienxD ... bueno todos menos Kuzko.. ya que el se fijo mas en los zapatos xD (supongo..)
Y otro de los que se paso- ademas de Megara- fue Hercules... no solo de borracho sino a la vez de pervertido!... creo que yo le hubiera aplicado una patada voladora.. con todo y el "Ya!!", sabes que con tono karateka ¿no? -w-
Espero ver el siguiente y la reaccion de todos los chicos.. quiero saber como reacciona Jim ante esta injusticia ! o.ó
Adios! (>..<)/
OH POR DIOS! Lloraste *o*!? Oh por Dios, oh por Dios TTwTT! Adksndksksk me alegra mucho que te haya encantado kyaaaaaa <3<3<3
EliminarDe verdad me encantó mucho escribir la parte de ellos dos *-*
Megara es una maldita :c Es pura envidia :c
JAJAJA sí xD Kuzco se fijó en sus zapatos xD Él tan fashion jaja :3
JAJAJA Hércules :c Demasiado pervertido y demasiado borracho... Mala combinación xD
Te imaginé dando la patada xD
Ya verás :3
UN MILLÓN DE GRACIAS POR TU COMENTARIO :333
XOXO y más XOXO
Dios mío O.O me encanto [...] veamos ¿con que empiezo?
ResponderEliminara YAYAYA no puede ser se ve tan linda Ariel (esa es mi hija) casi logra besar a Jim <3 a no ser por esa niña celosa :P ¿Qué se cree ella que es? >:/
Y creme que sentía que yo era Ariel y mi Jim uuuy no si fuera yo Ariel me le lanzaba y me lo comia :33 (Meli contrólate +golpeando la cabeza en el teclado*)
Lo que mas me preocupa es: a ¿Dónde van a subir los videos a YouTube o a Facebook? si es a YouTube si para poderlo ver bien jaja okno :c lo que en verdad me preocupa es: ¿Qué fue lo que le dio? fue un lacsante o que demonios a ver si no la mata O.O
Y el borracho de Hércules jaja no aguante la riza jaja ... imagínate si la hubiera besado :O hubiera problemas entre amigos wuajajaj okno.
NOOO yaa es mucho para mi Ariel :'( mejor que le tengan rencor a Malina jiji ay si que se maten jaja aunque tienen algo en común ambas la odian mmm buen punto :): .
bye muchacha me encanto simplemente hermoso espero el otro con muchas ganas mujer :D .
Hola comadreamiga pues solo te deceo una feliz navidad te mando un super mega abrazo eres una personita muy eapecial ya en mi vida que te la pases muy bien con tus seres queridos te quiero mucho hermaniita.
ResponderEliminarXOXO y mucho mas XOXO
Meli :3! Muchísimas gracias, me alegra :,D
EliminarChi, casi se besan :,D Pero Malina es muy celosa :c
JAJAJAJAJA xD Bueno a como es Jim de sexy muy difícil controlarse JAJAJA xD
LOL xD Ya se verá eso O.O
Jajaja Hércules borracho x,D Si la hubiera besado le hubiera pegado XD Ariel puede ser muy agresiva *mirada maliciosa* xD
Ariel va a sufrir mucho, esto es sólo el principio :c
De verdad muchas gracias Meli :3 Y Feliz Navidad a ti también (aunque ya haya pasado xD) espero que la hayas pasado súper bien :3
Te quiero más comadreamiga :,3
XOXO y más XOXO
¡WAAAAAA! Amé éste capítulo :D ¡Fue hermoso! Cómo todos >.< Amé la fiesta de cumpleaños de Meg. Me encantó que Jane le diera a Ariel consejos, es muy paranoica y protectora, la amo :3 Y Ariel nerviosa, toda linda, es la protagonista perfecta porque es toda inocente y dulce ^^ PERO EN UN MUNDO LLENO DE GENTE MALVADA LLAMADO INSTITUTO -.-"
ResponderEliminar¡Jim y Ariel bailaron! OMG. Él... Ella... ¡ELLOS BAILARON! Son HERMOSOS :3 Y Malina celosa... ahhh... la pobre está loca de amor por Jim... La entiendo, él es un sexy ;)
Y en serio que amo la amistad de Ariel y Mulán... ¡las adoro! Son hermosas. Amé sobretodo cuándo Jim va a llevar a Ariel a bailar y ella mira a Mulán y ella le dice "Ve." Es lindo porque las dos se apoyan cuándo están nerviosas :3
Y Hércules... ¡borracho! O.o Me hizo algo de gracia... Ya sabemos que a él le gusta Ariel, pero espero que sólo actúe así por el alcohol... Él en realidad no es malvado D: ¿Cierto?
AMÉ A KUZCO BAILANDO CON LAS LENTEJUELAS *-* ÉL... ¡ÉL ES EL MÁS DIVERTIDO Y GRACIOSO DE TODO DISNEY! :3 Es lo máximo.
Y Meg... ¡MALDITA! ¡NO PUEDO CREERLO! ¿QUÉ LE HIZO ARIEL PARA MERECER ÉSO? Vomitó en una piscina y la gente riendo y haciendo fotos... ¡MEG MALA! ¡NO MERECES QUE ARIEL Y JIM ESTÉN EN TU CUMPLEAÑOS! No merece ni tener ése cumpleaños... ¡Ariel no le hizo nada malo!
Jim ahora defenderá a Ariel y se casarán <3 (?) Okno... Son demasiado jóvenes XD
Un abrazo enorme linda, ¡amé el capítulo! Y espero el siguiente con muchas ganas :3
Hola Fabi! Ay cada vez te vuelves mucho mejor! Y siempre que termino un capitulo me dan ganas de leer más! Jajaja
ResponderEliminarAy casi me muero cuando casi se besan jaja :( <3
Y pobre Ariel!! :(( fhisxchusuxidndjak Necesito saber que pasa después!!!
Pero tú quieres que se me pare el corazón! Lo sé! Lo veo en tus ojos! Primero me los dejas a un centímetro y luego lo de la piscina! Estaba pensando "ojalá alguien se hubiera dejado por ahí una piel de plátano para que Malina se tropezara..." Pero no! No hay piel de plátano! Ni piel de nada! Malina llega y los interrumpe!
ResponderEliminarMe imagino el panorama, lo siento por Ariel, la piscina habrá quedado guapa guapa... Qué escena tan bonita (ironía). Pobrecita... Qué mala es Meg... En serio la cojo y la tiro a la piscina de una patada, para que se bañe en el vómito de Ariel (ay, que asco no? jajaja)
Besos loki :*