A
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mbos estaban
boquiabiertos, sentían que estaban en un sueño o algo por el estilo, todo,
menos que fuera la realidad.
— ¡Jane Porter!
¿¡Eres tú!?
— ¡Lo soy! ¿¡Y
tú!? ¿¡Milo Thatch!?
— ¡El mismo! ¡No
puedo creerlo, Jane, eres tú! ¡Después de tanto tiempo!
— ¡Es verdad! Más
de 10 años, ¿no?
—14, para ser
exacto.
—Es verdad.
Jane sonrió y se
abalanzó sobre su amigo de la infancia a abrazarlo. Milo sorprendido pero a la
vez feliz le devolvió el abrazo, con todas sus fuerzas. Las lágrimas casi podían
salírseles a los dos, la emoción abundaba en ellos y su corazón latía a mil por
hora.
Terminado el abrazo,
Milo sonrío fascinado.
—Jane, no puedo
creerlo. No has cambiado nada, a excepción de tu cabello, ahora está lacio y
largo; antes lo usabas corto y lleno de rizos.
—Pues, siempre he
sido lacia, solo que no me gustaba peinarme, por eso parecían rizos, pero eran
puros nudos —dijo entre risas.
Milo rió — ¡Ah, claro! ¡Ahora lo recuerdo! ¡Tu madre
siempre corría detrás de ti diciendo: “¡Jane Porter, déjame cepillarte esa
melena, qué pareces leona!”!
Jane se hecho una
buena carcajada, asintiendo con la cabeza; pero unos segundos después se calló,
borrando de ella cualquier rastro de alegría. Milo supo al instante que le
ocurría y viéndola a los ojos dijo: —Extrañas mucho a tus padres, ¿no es así?
Con un nudo en la
garganta y las lágrimas asomándose por sus bellos ojos respondió: —Mucho. Tan solo tenía 12 años cuando murieron
y luego mi abuela se encargo de mí y fue cuando nos mudamos…
—Jamás olvidare
ese día… Estábamos muy tristes de no poder volver a vernos, ya que estuvimos
juntos desde que teníamos 2 años. Fue horrible, realmente.
—Uno de los peores
días de mi vida.
—Igual para mí. ¿Y
cómo está tu abuela?
—Ya hace 7 años de
su muerte… —contestó
dolorosa.
— ¡Oh! Lo lamento,
Jane.
—No te preocupes,
está bien.
—De acuerdo… En
fin, lo bueno es que ¡nos volvemos a ver! ¡Y trabajando en el mismo lugar, es
increíble!
— ¡Lo sé! ¡Tengo
tantas cosas qué contarte!
— ¿Tienes alguna
clase ahora?
—No, por ahora no.
¿Por?
— ¡Perfecto, yo
tampoco! Vamos a comer algo a la cafetería y así conversamos.
— ¡Me parece
estupendo! ¡Vamos Antiojitos!
— ¿¡”Antiojitos”!?
¿¡Aún lo recuerdas!?
— ¿¡Cómo
olvidarlo!? ¡Siempre te decía así!
—Es verdad. Y yo
siempre te decía… ¿cómo era?
—Princesa berrinche
—rió—, siempre que jugamos y yo perdía hacía un enorme
berrinche y te veías obligado a dejarme ganar.
— ¡Claro! Eras una
muy mala perdedora.
—Creo que aún lo
soy… —hizo una mueca a
la cual, Milo rió.
Se abrazaron una vez
más y luego salieron de allí por esa ansiada conversación.
En el vestidor de mujeres…
— ¡Odio Educación
física! —se quejo Mulán,
mientras se amarraba una agujeta de su calzado deportivo.
— ¿Por qué? ¿No te
gusta hacer ejercicio? —preguntó
Ariel, amarrando su cabello con una cola.
—No me encanta,
pero no es tanto por eso… Si no que, siempre que jugamos un deporte son los
mismos equipos y siempre el grupito de Megara, Jasmine, Aurora y otras, nos
hacen pedazos y se burlan de nosotras… Nunca les hemos podido ganar, son muy
buenas en cualquier deporte, en especial en Voleibol. Megara es la mejor de
todas.
— ¿Voleibol?
— ¿Nunca lo has
jugado?
—He visto varios
partidos en televisión pero nunca he tenido la oportunidad de jugar. Pero me
llama mucho la atención, por lo que he visto, se ve divertido.
—No si juegas con
Megara…
—Hmm… En fin,
gracias por prestarme un uniforme, no sabía que debía traerlo hoy.
—No te preocupes
por eso, somos prácticamente de la misma talla.
—Así parece —sonrió, mientras se veía en un espejo. La
verdad ese short azul y esa blusa blanca le lucía muy bien. Resaltaba sus ojos.
— ¡Chicas, afuera
ahora mismo! ¡La clase va a empezar! —exclamó Li Shang desde afuera del vestidor.
Todas las chicas se
apresuraron a terminar de alistarse, porque…saben cómo son las mujeres; tan
vanidosas y coquetas, que hasta para una clase de educación física deben verse
bien.
Cuando todas salieron
se dirigieron al gimnasio, nuevamente algo nuevo para Ariel; era simplemente un
espacio bastante amplio de piso antideslizante color anaranjado, las paredes
beige y grandes bancas color vino a los alrededores para que se sentaran los
estudiantes cuando había algún partido, concierto, espectáculo, baile, entre
otras actividades escolares.
—Bien —comenzó Li Shang—, como ya saben, hay una nueva estudiante.
Bienvenida Ariel, soy el profesor Li Shang, estoy a tu servicio.
—Gracias, profesor
—respondió sonriente.
—Un placer. Muy
bien, hoy, tanto hombres como mujeres estarán todos juntos, debido a que están
cortando el césped de la cancha, por tanto, hoy estarán juntos.
Algunas personas
empezaron a quejarse, algunos porque no se llevaban bien, otros debido a que no
les gustaba mucho convivir todos juntos y otros simplemente porque no querían
hacer deporte.
— ¡Silencio! ¡Si
no quieren recibir clase, muy bien, solo se van y listo! —gritó Shang con el ceño fruncido.
Todos se callaron
inmediatamente, algo atemorizados. Shang era un profesor muy estricto y cuando
se enojaba, era la peor persona del mundo, sin embargo, fuera de clases era una
persona encantadora.
— ¡Es tan lindo
cuando se enoja! —le susurró
Aurora a Megara. Megara la miro indiferentemente y rodó los ojos.
—Ok. Ya que todos
hicieron silencio, comencemos. Chicas, ustedes vayan trotando alrededor del
gimnasio. Y chicos, en una esquina, con cuidado de no estorbarles a las
señoritas, hagan unas 25 lagartijas y 50 abdominales… ¡Ya!
Todos se alarmaron y cada
quien inició con lo suyo.
No llevaban ni un
minuto de haber empezado y ya Megara tenía la delantera, seguida de Jasmine y
Aurora. Un poco más atrás estaban Mulán y Ariel; y de última Malina.
—Correr…es…muy…
¡cansado! —gimió Mulán casi
sin aire.
— ¡Resiste Mulán!
¡Correr es divertido! —bramó
Ariel con una sonrisa.
— ¡Sí, claro!
— ¡Abran paso,
perdedoras! —les gritó Megara
a Mulán y a Ariel, mientras que ella y sus secuaces las pasaban corriendo a
toda velocidad (y eso que era trotar).
— ¿Ya nos metieron
una vuelta? —preguntó la
pelirroja, asombrada.
—Te lo dije. Son
buenas en todo…
—Entonces será
mejor que las alcance.
— ¿¡Qué!? ¡Son
demasiado rápidas! ¡Jamás las alcanzaras! ¡Ya casi nos meten dos vueltas!
—Por eso tendré
que acelerar.
— ¿Ah?
Ariel rió e Inició a
ponerle velocidad al asunto. Sus zancadas se hacían más fuertes y largas, sus
brazos se movían de forma coordinada y comenzaba a respirar por la nariz y
botar el aire por la boca con una mirada decidida. Mulán al verla despegarse
cada vez más de ella, se sorprendió mucho; Ariel era muy rápida.
Siguió corriendo y
corriendo, hasta que alcanzó a las víboras y las pasó sin ningún problema. Jasmine
siguió a Ariel con la mirada, algo extasiada —Meg, deberíamos apresurarnos, esa tal Ariel
está corriendo muy rápido.
—No te preocupes,
es imposible que nos alcance. Se cansara pronto.
—Espero.
Un minuto después y
Ariel ya estaba a la par de Megara, de nuevo. Jasmine y Aurora estaban
realmente sorprendidas, Ariel las había logrado pasar y ellas ya comenzaban a
cansarse y no podían apresurar más el
paso.
— ¡Bien, chicas!
¡Una última vuelta y es todo! ¡Lo están haciendo excelente! ¡Eso es Ariel!
¡Sigue así!
Megara con los ojos
más abiertos que los de un búho, miró a Ariel de forma desafiante, corriendo un
poco más rápido, logrando pasarla por unos centímetros. Ariel tomo aire y logró
alcanzarla, además de pasarla por casi un cuerpo de distancia.
— ¡Hey Jim, mira! —le dijo Hércules a Jim, mientras terminaban
los abdominales. Jim se enderezo y vio pasar a la pelirroja y a la reina ego,
haciéndose un pique corriendo.
— ¡Wow! ¡Ariel es
muy rápida! ¡Nunca nadie había estado tan cerca de Megara!
— ¡Lo sé! ¡Increíble!
¡Esta chica es increíble!
—Muy increíble… —sonrió sin quitarle un segundo la mirada. Pero
no era el único que veía a Ariel, todos los hombres estaban boquiabiertos de
ver que una chica nueva estuviera haciéndole pelea a Megara. Los estaba dejando
impresionados, en especial a Naveen, Tulio y Miguel, que no lo creían, se
sentían enojados y frustrados de ver que su “líder” estuviera perdiendo en algo.
Megara gruñó y pasó a
Ariel de nuevo, despegándose aún más y acercándose más al final de la vuelta.
Ariel muy cansada, tomo aire y emprendió más velocidad que nunca; sentía sus
piernas hirviendo, así como el resto de su cuerpo; el sudor chorreaba tanto que
llego a parar en sus ojos y su corazón se aceleraba al ritmo de sus piernas.
Pero olvido todo eso y cuando se dio cuenta, ya le había metido más de dos
cuerpos de distancia a Megara y llegando primero donde Li Shang, a “la meta”,
por así decirlo.
Megara llegó y se
detuvo en seco con una cara sorprendida y enojada. Ariel dio un gran suspiro y
se limpió el sudor de la frente.
— ¡Eso fue
asombroso! —felicitó Shang a
Ariel con una enorme sonrisa.
Ella se estremeció
por la repentina felicitación, pero sonrió —Muchas gracias.
— ¡Es la verdad!
Aunque ordene que trotaran… Pero eres muy veloz, Ariel. Venciste a la más
rápida de mis alumnas…o bueno, a la que era la más rápida de mis alumnas.
Ariel se tiró una
pequeña risita, mientras que Megara cruzaba los brazos con sus ojos emanando
furia y un gran suspiro fuerte y disgustado.
Todas las demás
fueron llegando poco a poco y veían con admiración a Ariel, a excepción de
Jasmine y Aurora que obviamente estaban tan enojadas e indignadas como Megara.
—Bien, ya que
llegaron todas, podemos empezar con algún partido. ¿Qué les gustaría jugar?
— ¡Voleibol! —decidió con euforia, Megara—. Ahora si es cierto que no me ganas, cabeza
de tomate… —le dijo a Ariel.
Ariel alzó una ceja
indiferentemente y rió.
—Ariel, ¿has
jugado al Voleibol? —le
preguntó el profesor.
—Ummm yo… ¡sí, sí
he jugado!
—Perfecto,
Voleibol será. Armen los equipos y escojan capitana, mientras yo pongo la red —concretó.
—Ariel, ¿por qué
le dijiste al profesor que ya habías jugado? —cuestionó Mulán, acercándose a ella.
—Pues, si le decía
que no, no me dejaría jugar o me pondría a practicar o algo… Yo quiero jugar ya,
con lo que he visto me basta.
—Bien. De todos
modos perderemos…
—Mulán, no seas
tan pesimista…
—Es ser realista.
Ninguna de nosotras es buena y esta es la primera vez que tú juegas…
—Bueno, siempre
hay una primera vez para todo, ¿no?
Mulán se quedo analizando
las palabras dichas y asintió con la cabeza, con la expectativa de que ese
partido no fuese tan humillante como todos los demás.
Jasmine, Aurora,
entre otras mujeres rodearon a Megara suplicándole que fuera la capitana.
Megara, claro está, accedió con una sonrisa orgullosa. Si que le suben el ego,
¿eh? Las 6 restantes formaron un equipo y se acercaron a Ariel con una mirada
de esperanza.
— ¡Se la capitana,
Ariel! —expresó una de
las jugadoras.
— ¿¡Ariel!? ¡Pero
yo siempre soy la capitana! —clamó
Malina.
—Malina, es bueno
cambiar un poco, ella es nueva, ¿no deberíamos de darle una oportunidad? —replicó Mulán.
— ¡Si te molesta,
no te preocupes, Malina! —manifestó
Ariel, acongojada.
—No, está bien…
Supongo que, puedes ser la capitana… —respondió Malina, rodando los ojos, no muy convencida.
— ¡De acuerdo!
¡Vamos equipo! ¡Podemos ganar, pero si no, no importa! ¡Recuerden que
divertirse es lo más importante!
Todas las muchachas
intercambiaron miradas y sonrieron; era la primera vez que se sentían
alentadas, con esperanza de poder lograr algo y no solo resignarse a siempre
perder.
—Chicos, ustedes
harán sentadillas y… —empezó
Shang.
— ¡Ay, profe!
¡Déjenos ver el partido de las chicas! ¡Por favor! —alegó Jim.
— ¡Sí! —gritaron todos los demás.
Li Shang lo pensó por
unos segundos mirándolos fríamente, pero se decidió y los miró con aprobación —Oh, bueno. Pueden ver el partido… ¡Pero solo
por esta vez!
Todos gritaron de
alegría y se ubicaron en las bancas, listos para ver el partido. Porque, pues,
sabemos que a los hombres les gusta ver a las mujeres haciendo actividad
física, lo consideran…atractivo. Y viceversa, las mujeres disfrutan ver a los
hombres haciendo ejercicio. ¡No lo nieguen! Sabemos que es cierto.
El profesor terminó
de colocar la gran red de Voleibol y ambos equipos se ubicaron en sus
respectivos extremos.
— ¡Sacas, Megara! —dijo Shang lanzándole el balón.
Ella lo atrapo, se
puso en posición y espero a que el pito sonara. Cuando Shang lo tocó, Megara
sonrió confiadamente; flexiono las piernas, ubico el balón en su mano izquierda
y con la mano derecha tomo el impulso y le dio con todas sus fuerzas, pasando
sin problemas al otro lado.
El otro equipo
observó la pelota con la mayor tranquilidad, sabían que no le podrían dar, pero
Ariel reaccionó, haciéndose para atrás y con mano baja logró darle, provocando
que se fuera aún más arriba.
— ¡Qué alguien le
dé! —gritó Ariel.
Todas se
sorprendieron y a la vez asustaron, sabían que no eran buenas y temían echarlo
a perder. Sin embargo, Mulán decidida, calculó en qué dirección iba la bola y
le logró dar de voleo, elevándola más y llevándola más cerca de la red. Ariel
corrió, pegó un gran salto y con su mano llena de potencia consiguió darle. Lo
suficientemente duro para que llegara al otro lado, evitando que cualquiera de
sus contrincantes le pudiera dar.
— ¡Punto! ¡1-0! —anunció Shang, pitando.
Los espectadores
bramaron y aplaudieron ante el espectáculo, pero más que todo a Ariel, estaba
extasiados, maravillados; especialmente Jim, según él, ella se veía tan adorable
con esa mirada intensa en sus bellos y brillantes ojos. Esa chica era buena.
Claro, Naveen, Miguel y Tulio no lo podían creer, era la primera vez que Megara
no podía darle. Eso estaba mal.
Megara llena de
furor, zapateo en el suelo como una pequeña niña cuando hace berrinche en el
supermercado porque no le compraron los dulces que quería. Atenta y
enojadamente se quedo mirando a Ariel y pensó: “Ok, cabeza de tomate… Te
enseñare que soy y siempre seré la mejor…”
El juego transcurrió,
los marcadores aumentaban, las jugadoras se cansaban y el público gritaba a
cada punto dependiendo a cual equipo defendía. Por supuesto, que, la mayoría
iban con Ariel.
— ¡15-13! ¡Gana el
equipo de Ariel! —comunicó Li
Shang, tocando el pito y moviendo sus brazos de lado a lado en dirección
contraria, informando que el juego había acabado. Ante esto, los hombres se
pararon y festejaron el gran triunfo de las chicas. Todas las del equipo de
Ariel, la rodearon y la abrazaron emocionadas de que gracias a ella, vencieron
a Megara; la única que no festejaba con su equipo era Malina, se alegraba mucho
de que su equipo fuera el ganador, pero solo el hecho de saber que había sido
gracias a Ariel la frustraba; decidió no ser tan mala y fue a felicitarla por
el gran juego, pero inmediatamente que terminó con eso, se alejo.
Por otra parte,
Megara y las demás no lo podían creer, era la primera vez que las dejaban en,
según ellas, en ridículo. Megara estaba a punto de escupir sangre, ella era la
mejor y no quería que le quitaran ese “puesto”, mucho menos una chica nueva.
Ariel se acercó a la
red con una sonrisa y por debajo de esta, la estiro la mano a Megara —Buen juego.
Meg observó la mano
de Ariel con repulsión, subió la mirada hasta toparse con sus ojos que la
miraban amigablemente —,
Cariño… —rió
sardónicamente, volviendo en ella esa aura de orgullo y ego —, fue solo suerte de principiantes… —le guiño un ojo y dio media vuelta
bruscamente, haciendo que su cabello se metiera casi a través de la red, en los
ojos de Ariel. Pese a eso, Ariel no le dio importancia y volvió con su equipo
con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¡Ariel, de
verdad, eres sorprendente! ¡Nunca se le había podido ganar a Megara y a su
equipo! ¿¡Viste su cara!? ¡Quería qué se la tragara la tierra! —expresó Mulán, conmocionada.
—Ammm…te lo
agradezco, Mulán, pero solo fue un juego.
— ¡Fue más que un
solo juego! Te estás dando a respetar, le estás demostrando a Megara y a su
grupito, quién eres, y eso es genial.
—Creo que
exageras, pero aún así, gracias.
— ¡Bueno,
jovencitas, fue un excelente partido, ya se pueden retirar! —indicó el profesor. Con esto, todos hicieron
caso y fueron desalojando el gimnasio.
Una vez en el
vestidor, las jóvenes comenzaron a cambiarse ese sudado uniforme de educación
física por el no sudado, pero no más cómodo: uniforme oficial.
—Gracias de nuevo
por presentármelo, Mulán —dijo
Ariel, entregándole el uniforme con cuidado.
—No es nada —. Lo tomó y lo guardó en un bolso negro.
—Bien, te esperare
afuera.
—Sí, anda.
Ariel salió de allí y
se ubico a un lado de la puerta del vestidor a esperar a su amiga. Mientras
esperaba, acomodo su cabello de medio lado y comenzó a acariciarlo.
—Ariel… —dijo Jim acercándose a ella, ya con el
uniforme oficial, claro que, él lo usaba pues, mal, ¿Qué quiero decir? Qué en
vez de usar la camisa blanca, con los botones bien abrochados y con las faldas
por dentro, la usaba con dos botones abiertos y las faldas semi metidas; el
chaleco vino, ok lo usaba bien, pero el pantalón gris lo usaba…oh…también lo
usaba bien. Al parecer era solo la camisa…Hmm ok.
En fin, retomando la
situación… Ariel se zarandeó al ver a Jim, su corazón se acelero casi tanto
como cuando estaba corriendo y no pudo evitar sonreír y decir, casi suspirando:
—Jim…
—Hola —sonrió sin perder de vista esas gemas tan
brillantes que se hacían llamar: ojos.
—Hola...
—Amm, yo quería
felicitarte por el partido. Jugaste muy bien, no sabía que eras tan atlética.
—Creo que ni yo lo
sabía… —rió inocentemente
con la mirada gacha, lo que cautivo por completo a Jim. “Adorable, tierna,
encantadora”…eran palabras que se le venían a la cabeza de Jim cada vez que la
veía.
Justo en ese momento
una de las chicas abrió la puerta del vestidor muy fuerte y como Ariel estaba
justo a la par de esta, se tuvo que llevar el golpe por la espalda, yéndose
hacia adelante. Jim reaccionó y logró agarrarla para que no cayera. Ariel algo
aturdida alzó la mirada y se fue topando con esas estupendas esmeraldas con
rasgos azules.
— ¿Estás bien? —le dijo en voz baja, pero ella lo sintió como
si hubiese sido a todo volumen, como que su voz se hubiera apoderado de sus
oídos, retumbando tan fuerte como su corazón latía en ese momento y bajara
hasta su estómago provocando un ligero cosquilleo.
—S-Sí.
En ese instante, la
puerta se abrió de nuevo, saliendo de ella Mulán y al ver tal escena abrió sus
ojos a más no poder y carraspeó.
Ariel volteo su
cabeza y se alarmo al ver a Mulán, por lo que, se aparto rápidamente de Jim.
— ¿Interrumpo
algo? —preguntó
divertida.
— ¡No! ¡No
interrumpes nada! ¿Cierto, Jim?
— ¡Cierto! ¡Fue
solo qué…!
— ¡Sí, eso! ¡Y
qué…!
— ¡Ajá! ¡Eso y lo
otro! ¡Sí!
Mulán frunció el ceño
y sonrió —Como sea, vamos,
Ariel.
—Sí, vamos —miró a Jim a los ojos y sonrió—, Adiós Jim… ¡Bueno, adiós no! ¡Porque nos
veremos de nuevo!
— ¡Claro! ¡En
clases! ¡Porque estamos en la misma clase! ¡Ahí nos vemos!
— ¡Exacto! ¡Yo
estoy adelante tuyo, ahí nos veremos!
— ¡Sí! ¡Y yo estoy
atrás tuyo! Ahí podré verte… ¡No quiero decir que te pase viendo!
— ¡No, claro que
no! ¡Y yo tampoco te paso viendo a ti! ¡Para eso tendría que voltearme a cada
rato!
— ¡Todos
entendimos! ¡En clase se verán! —exclamó
Mulán atarantada pero al mismo tiempo aguantando la risa.
Ariel asintió y se
fue junto con Mulán. Jim la siguió con la mirada y pasó su mano por su cabello.
—No te veo en dos
minutos y ya estás coqueteando con Jim… —mencionó Mulán.
— ¡No estaba
coqueteando con Jim!
— No, claro que
no…
— ¡Es la verdad!
¡Jim es solo un…amigo!
—Si es solo tu
amigo, ¿por qué te pones roja?
Ariel se altero y
llevo sus manos a su rostro —
¡No estoy roja!
—No, no lo
estabas, pero ahora sí —dijo
entre carcajadas.
Ariel quito las manos
de su cara, indignada —Cállate,
Mulán…
Mulán rió más fuerte
que nunca pero siguió caminando junto a Ariel, en silencio.
Algo pasa entre Jim y
Ariel, ¿no creen?... ¿No?... ¿D-De verdad? ¿¡Nada, nada!? ¿¡No creen qué no esté
pasando nada!?... ¿Qué? ¡Ah! ¡Ya entendí, ya entendí! Que no creen que algo NO
esté pasando entre esos dos… Disculpen, error mío. Me asustaron por un momento.
Oh bueno, sigamos con la historia; el día de clases terminó, el primer día de
clases de Ariel llegó a su fin. Todos se sentían felices de ello; no hay nada
mejor que escuchar el timbre del colegio y sabes que es el de la salida.
El sonido de la
libertad.
Ariel se puso su
bolso, se despidió de sus nuevos amigos y se fue a la entrada principal. Pero cuando
estaba a punto de salir…
— ¡Ariel,
espérame! —gritó Jane,
corriendo a ella.
Ariel se volteó y
sonrió —Hola, Jane.
— ¿Lista para
irnos?
—Pues…tendrás que
adelantarte tú, yo me desviare un poco del camino.
— ¿Qué quieres
decir?
—Voy a ir al
bosque a ver a Rajah…
— ¿¡Qué!? ¡Ariel! ¡Pensé
que el asunto de tu amigo rayado terminaba con que su pata sanara!
— ¡Eso era antes
de saber qué viviríamos aquí para siempre! ¡Tengo que verlo!
—Ariel, dime que
esto es una broma, por favor.
—No, no lo es,
Jane. Rajah es mi amigo y yo lo quiero ver.
— ¡Pero puede ser
peligroso! ¡Un animal raro te puede atacar! ¡Ni siquiera sabes en qué parte
puede estar!
—Yo le dije el día
en que lo lleve al bosque…de nuevo…que nos veríamos en donde nos encontramos la
primera vez.
— ¿¡Y esperas qué
un tigre te entienda y realmente te esté esperando ahí!?
—Sí… Yo sé que él
estará ahí, él me entiende, él me quiere y sé que quiere verme tanto cómo yo lo
quiero ver a él.
— ¿Te das cuenta
qué estás hablando de él como si fuese una persona?
— ¡Persona o no,
es mi mejor amigo! ¡Iré a verlo y no puedes detenerme!
Jane suspiró
frustrada —Tendré que ir
contigo. No puedo llegar a tu casa y que vean que no estás conmigo. Además,
quiero saber que estás bien y que no te pasará nada.
—Está bien.
Ambas emprendieron
camino y cuando ya estaban cerca de su hogar, se desviaron en dirección al
bosque. Tardaron un poco en llegar, pero Ariel no se preocupaba por ello,
estaba ansiosa de ver a Rajah. Al llegar por fin, al bosque, Ariel sonrió y
siguió caminando más hacía el fondo; ya sabía perfectamente por dónde era. Jane
iba caminando casi de puntillas y viendo todo a su alrededor con repugnancia;
odiaba con todo su ser la naturaleza, le daba asco.
En un punto del
recorrido, Jane gritó con todas sus fuerzas: — ¡AUXILIO! ¡AUXILIO!
Ariel se volteo
asustada y vio que Jane estaba atrapada entre unas ramas y arbustos; corrió a
ella y la comenzó a jalar del brazo.
— ¡Es tarde,
Ariel! ¡Sálvate tú y vete! —exclamó
dramática y teatralmente.
Ariel alzó una ceja y
la miró seriamente.
— ¿Es en serio,
Jane? Sal de ahí…
—Bueno…
Jane salió fácil,
pero asqueadamente de los arbustos y siguieron caminando.
Poco después, Ariel
en cierto punto se paró en seco. Jane se extrañó y observó a su alrededor.
— ¿Qué pasa,
Ariel?
—Es aquí en donde
me veré con Rajah.
— ¿Y dónde está?
—Ya debe de venir.
Dale tiempo.
— ¿De verdad crees
qué ese animal vendrá?
— ¡Sí! ¡Va a
venir!
—Ariel, odio
decirte esto, pero…es probable que ya se haya olvidado de ti…
—No, no se ha
olvidado de mí, yo lo sé.
—Ariel…
Antes de que pudiera
seguir hablando, se escucharon unos pequeños rugidos.
— ¡Es él! ¡Ven
Rajah!
— ¡Ariel! ¡No
grites! ¡Puede ser otro animal qué quiere devorarnos! ¡Ay, sabía qué venir era
una mala idea! —susurró
angustiada.
Los arbustos se
abrieron y salió Rajah de un salto por detrás de Ariel. Ella se volteo y su
cara se ilumino de alegría — ¡Rajah!
—. Corrió hasta él y se agacho para abrazarlo.
Jane volteo y se
sorprendió de que realmente ese tigre haya llegado al lugar que dijo.
¡Dios! ¡Ese tigre le había hecho caso! ¡Ese
tigre se acordaba de Ariel! ¡Impresionante! Mejor que el encantador de perros,
¿cierto?
— ¡Rajah! ¡Te
extrañe! No te vi en todo el fin de semana… Pero me alegra que hayas venido—. Rajah metió su grande y suave cabeza por
debajo del cuello de Ariel, acurrucándose completamente. Con algo de
cosquillas, Ariel, lo abrazo con más fuerza y le dio un pequeño y tierno beso
en la coronilla. Jane conmovida por la escena, sonrió.
Ariel se separo un
poco de él y tomo con sus manos, esa carita tierna y peludita que tanto quería —Hoy fue un día increíble, Rajah. La primera
vez que voy a un colegio. Me divertí mucho y en mi primer día hice amigos y… —, Rajah al escuchar la palabra “amigos” rugió
indignado y se aparto un poco de ella. La pelirroja frunció el ceño, pero
después de unos segundos entendió lo que le pasaba y se le acerco—, ¡Oh, Rajah! ¿Estás celoso? ¡No tienes por
qué estarlo! Sí, hice amigos…pero nadie es tan especial como tú, rayado —. Rajah alzó la mirada y lamió a Ariel en la
mejilla, feliz.
Ella rió y lo
acarició.
—Ariel, lamento
interrumpir, pero debemos irnos.
Ariel volteó y la
miró con tristeza —Pero
acabamos de llegar, Jane…
—Lo sé, pero las
dos sabemos que tu padre no tiene horario de llegada o salida y si de
casualidad está en casa y ve que no estamos, se preocupara y se preguntara
dónde estamos. Además, también están Carlota y Grimsby…
—Creo que tienes
razón… Pero no lo quiero dejar, Jane.
—Ariel…
—Sí, sí, está
bien… —giro un poco para
ver a Rajah a los ojos—,
Rajah, te prometo que vendré todos los días a esta hora. Lo prometo.
— ¿A esta hora?
Pero casi no lo verás y estar viniendo aquí todos los días…
—Prefiero verlo 5
minutos a no verlo nunca.
—Ok, ok.
Apresurémonos, esto se está volviendo empalagoso.
Ariel no pudo evitar
carcajearse. Parecía como si estuviese enamorada de Rajah, pero seamos
realistas, ¿Quién no se va a enamorar de un tigre tan hermoso y adorable como lo
es Rajah?
La pelirroja acarició
una última vez la cabeza de su amigo y se levantó del césped para irse con Jane,
dejando a Rajah triste por la fugaz visita de Ariel.
Ambas continuaron
caminando hasta llegar a su casa. Ariel se fue a su habitación deseosa de
acostarse en su cama; cuando ya estaba en ella, suspiró; ese había sido uno de
los mejores días de su vida… Cumplió su sueño de ir a un colegio, conocer
gente, hacer amigos y por supuesto el haber visto, aunque haya sido por poco
tiempo, a Rajah; su mejor amigo y es algo que se ha mencionado varias veces y
que no parara de mencionarse. En serio, ¿cuántos pueden decir que su mejor
amigo es un tigre? Muy pocos, por no decir que prácticamente nadie.
Para suerte de estas
dos jóvenes, Tritón aún no había llegado. La verdad, casi nunca estaba en casa,
siempre llegaba hasta muy tarde en la noche y se iba muy temprano en la mañana.
Y hablando de noche, esta ya había llegado por
todo Agrabah, lo que despertó el apetito de Jane. Se dirigió a la cocina,
específicamente a la refrigeradora y sacó de ella un pichel de jugo de manzana,
luego cogió un vaso y se sirvió del jugo.
Empezó a tomar de él
y de repente…
—Buenas noches,
Jane —dijo Tritón,
adentrándose en la cocina.
Jane estaba tan
concentrada en su jugo de manzana que se llevó tremendo susto, dejando caer el
vaso, quebrándose en muchos pedazos y un pequeño grito salió de su boca.
Tritón se estremeció
por la reacción de Jane y extrañado exclamó: — ¡Pero Jane! ¿¡Qué le sucede!?
— ¡Tritón! ¡Me
asustó! ¿¡Nunca le han dicho qué no debe asustar a las personas en la noche,
mientras toman jugo de manzana!?
—No, la verdad no
me lo han dicho… Creo que a nadie se lo han dicho…
—Como sea… Y mire
lo que me hizo hacer —dijo
señalando el piso—, quebré un
vaso por su culpa.
—Ni siquiera grite
para que se asustara de esa forma, simplemente dije “Buenas noches, Jane”, no
entiendo por qué se asustó tanto.
—Me asuste y ya.
Ahora, debo recoger esto.
Jane se agacho y
comenzó a agarrar con mucho cuidado los pedazos de vidrio. Tritón se acercó y
se agacho, igualmente —Yo
la ayudo, Jane.
— ¡No, no! Está
bien, yo lo hago.
—Pero déjeme
ayudarla.
—No, no se
preocupe.
—Jane, insisto.
Pero de tanta
discusión, ninguno de los dos se percato de agarrar bien los pedazos de vidrio
y por error, Tritón con un pequeño vidrio cortó la yema del dedo índice de
Jane.
— ¡Mi dedo! ¡Mi
dedo, dedo, dedo! ¡Duele!
— ¡Oh, no! ¡Lo
lamento Jane! Pero tranquilícese, no le corte la mano.
— ¿¡Se burla de
mí!?
— ¡No, no me estoy
burlando! A ver, vamos al lavabo.
Tritón ayudo a
levantarse a Jane y la condujo al lavabo. Una vez ahí, abrió el tubo y llevo el
dedo de Jane a la fría agua para que se librara de la sangre que tenía.
—Listo. Eso fue
todo… —dijo cerrando el
tubo, pero aún sosteniendo la mano de ella.
—Sí… —ella miró hacia abajo y vio sus manos agarradas
y alzó de nuevo la mirada para toparse con esa mirada tan cautivante y fija, y
de cómo la hacía resaltar su cabello castaño rojizo.
—No había notado
que tus ojos son…realmente hermosos… —mencionó Tritón, asombrado por la belleza de Jane, no se
había dado cuenta de ello, si no hasta ese mismo momento.
—Gra-Gracias… —. Ella quedo enganchada unos segundos más en los
ojos de Tritón, pero volvió a la realidad y de la situación en la que estaba;
soltó su mano y se apartó de él —Yo,
yo ya me voy, voy a, a dormir… Le diré a Carlota que recoja esto. Buenas
noches.
—Ammm s-sí,
Bu-Buenas noches, Jane.
La castaña asintió y
salió apresuradamente de ahí con la cabeza gacha. El padre de Ariel quedo solo
y completamente atónito.
— ¿Qué fue eso…?
Jane llegó a su
habitación y cerró la puerta, arre costándose en ella, llevando su mano a su
pecho y con esto se dio cuenta de que su corazón latía fuerte y
precipitadamente.
— ¿Qué fue eso…?
genial capitulo *¬* ... espero toparme mucho mas con ese tigresito en la lectura, y genial lo de Ariel con Jim ... y lo de Jane! al principio pensé "wow quedara con Milo" y al final del capitulo "wow quedara con Triton" .... me confundes Fabi!
ResponderEliminarSaludos!!
GRACIAS, MIZUKI *u* <3<3<3
EliminarJajaja lo harás, tenlo por seguro jaja x3
Gracias :D Jim es un sexy...lalala... <3
Lo de Jane... Wuajajaja soy malvada xD Pues, quién sabe...Puede quedar con Milo... O puede quedar con Tritón... O puede quedar con alguien más... O puede quedar con nadie... TAN TAN TAAN xD
Gracias por comentar :*
XOXO y más XOXO
No queda con nadie y fin de la historia XD
ResponderEliminarEres tu o yo soy la cruel? o.O ... bueno eso es lo de menos no?
Puede que ambas seamos las malvadas ya que somos almas gemelas XD
Jaja puede ser... Quién sabe... xD
EliminarJaja buen punto xD! Las dos somos gemelas malvadas wuajaja x3
:3 mi gemela malvada perdida!!!
ResponderEliminar¿Donde estuviste todo este tiempo?
* Dirigiéndose a Fabi tras verla, Fabi extiende sus brazos, cuando de repente atrás de Fabiola estaba el amor verdadero de Mizuki y Mizuki en vez de abrazar a Fabi abraza a su media naranja, dejando a Fabi con los ojos muy abiertos y los brazos extendidos*
jajaja para lo otra prometo abrazarte... nada me distraerá... bueno al menos que tu ya no quieras abrazarme y te vallas con tu centauro Jim :/
Saludos!! x3
Jajajaja xD He estado aquí todo el tiempo xDD
EliminarO.O Naaah, está bien, te perdono sólo porque es el amor de tu vida, es mi cuñado (?) =,3 Jajaja claro que querré abrazarte x3 Aunque si está Jim...Hmmm... Pues... Ya veremos xDDD
*dando un chocolate* Ten, te regalo uno =,3
Wait a moment... Jane con Triton? Uy, eso suena algo raro jaja
ResponderEliminarPor favor, quiero un romance prohibido profesor-alumna con Shang y Mulan!!
Y Jariel me encanta, realmente tiernos *3*